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Motor de arranque: Yo vi el futuro

Viajé con Nissan a Japón, no sólo para ir al Auto Show, sino también para descubrir el brillante futuro de la firma de Yokohama.

Motor de arranque: Yo vi el futuro

Estar en el Salón del Automóvil de Tokio es siempre mirar un poco hacia el mañana. De todos los salones que he visitado, es en el que más conceptos futuristas he visto. Y esos conceptos no son simplemente para darnos una idea de cómo serán los coches de mañana, quitando una que otra exageración, sino que se proponen pensar en cómo los humanos nos desplazaremos de un lado a otro, sea en patinetas, bicicletas eléctricas, sillas con motores, drones que podrían ser más fácilmente reemplazados por un helicóptero y, vamos, los autos que, en algunos casos, sí conduciremos en el futuro.

Pero lo que quiero decir es que lo que vi del futuro es algo mucho más palpable, más cercano, más realista. Y lo vi en los centros de diseño y tecnología de Nissan.

Ubicado en Yokohama, a cerca de dos horas de Tokio, el centro de diseño es comandado por Alfonso Albaisa, un cubano de 59 años de edad, vice presidente Global de Diseño de Nissan, Infiniti, Datsun y más. Extrovertido, atento, siempre dispuesto a contestar una pregunta y a soltar alguno inesperado chiste, Albaisa es de estos que tienen que trabajar pensando en el mañana, porque los coches que se están diseñando hoy, son los que vamos a conducir en dos, cinco o 10 años. Y a la gente le tendrá que gustar, o se perderá mucho dinero.

Entre sus herramientas de trabajo, la más impresionante, a la que él llama “el monstruo”, es una pantalla curva de poco más de 42 metros de ancho por unos tres o cuatro de altura, con una impresionante definición de 24K. Es correcto, 24K. Ubicada en una sala en forma de teatro, en ella se perciben detalles del auto como no se percibían antes, incluso los reflejos del camino, sea una ciudad con sus luces, una carretera con mucho sol o cerca de un lago nevado.

Luego de ver un poco a varios de los autos que Nissan e Infiniti lanzarán en algunos años en la pantalla, verlos en vivo poco después fue, digamos, raro, puesto que en la pantalla de veían perfectos y afuera, en vivo, muchos eran aún maquetas hechas en barro o plástico, con pinturas falsas, en algunos casos con rines impresos en papel y puestos en su lugar.

¿Qué coches eran?

De esta parte no podemos hablar. Todos los que tuvimos el privilegio de estar ahí firmamos un documento de confidencialidad. Pero sí les puedo decir que la evolución de ambas marcas va por buen camino y vendrán varias novedades, algunas muy pronto, que seguramente serán exitosas.

En el centro de tecnología vimos y experimentamos cosas que aún no llegaron al mercado, como una forma de interactuar con el auto a través de realidad aumentada, que proyecta el mapa del camino o las canciones que quieres escuchar al frente de nosotros y nos permite interactuar con ellos sin tocar un solo botón físico, pero sí “agarrando” una esfera virtual.

También fue grato ver que la marca está trabajando en el desarrollo de vehículos con batería de estado sólido, que deben estar en el mercado tan pronto como en 2028. Ese tipo de batería promete revolucionar el mercado de autos eléctricos, reduciendo a un tercio su velocidad de carga y aumentando su autonomía actual. Falta saber si el precio será competitivo con los actuales o si, como siempre, lo mejor cuesta más caro.

Al día siguiente visitamos el ZAMA Heritage, algo así como el museo de Nissan, donde vimos desde el primer coche fabricado por la marca, que aún se llamaba Datsun y más tarde adoptaría el nombre Nihon Sangyo, que significa, industria japonesa. De las primeras sílabas nació la que hoy es una de las más importantes productoras de autos del mundo.

Fue muy agradable estar el lado de un 240ZX, o de un 300ZX. Al igual que rever a un Sakura, un Hikari o un “Bolillo”. Fue aún más impactante ver uno de los tres GT-R diseñados para Usain Bolt, que exhibe en su cofre la firma del gran medallista olímpico. Sí, fue una visita a la memoria de una marca que tiene su nombre muy ligado a México, desde el primer Bluebird hecho en Cuernavaca, hasta el más reciente Sentra fabricado en Aguascalientes.

Pero lo más interesante de todo fue que, amigos, yo vi el futuro de Nissan. Pena que realmente no puedo contarlo, pero les garantizo que, en su gran mayoría, les va a gustar.

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