Nunca he ido a Disneylandia. De niño no fui porque mis padres no podían pagarlo, desde Brasil es mucho más caro que desde México. De adulto tampoco fui porque particularmente ya no me interesaba y, al no tener niños, nunca tuve presión para ir. Sin embargo hoy estoy en Los Angeles, en lo que para mí es un verdadero parque de diversiones: las pruebas de manejo de World Car Awards, del que tengo el honor de ser jurado.
Muchos de los cerca de 100 jurados de alrededor del mundo, nos unimos en Pasadena, California, para conducir varios autos, que en muchos casos no tendríamos la posibilidad de manejar, por uno o otro motivo. El evento dura cuatro días y es también una gran oportunidad de convivir con buenos amigos de otros países, sin la presión de las agendas casi siempre muy apretadas.
Pese a que no tuvimos este año tantos autos como el año pasado, siempre es un placer conducir. Los eléctricos son dominantes en número y vaya que conducimos algunos excelentes, otros no tanto. Con Genesis, por ejemplo, la marca de lujo de Hyundai, pudimos manejar la magnífica GV70, con grandes acabados, aplomo, capacidad de aceleración y agarre en curvas. Un auto que, al no estar la marca en México, difícilmente hubiera yo podido conducir. Lo mismo pasó con la casi exótica Fisker Ocean, con formas cuadradas, una pintura gris mate, 550 HP y un techo que en realidad es un panel solar para ayudar, aunque sea con una pequeña parte, a cargar sus baterías.
¿Quieren otra gran SUV eléctrica? la Kia EV9. Tal vez la marca haya entrado algo tarde al mercado de los autos eléctricos, pero vaya que la está haciendo bien. Grandes acabados, aceleración y espacio, que permite incluso transportar a adultos en la tercera fila, caso los de las dos primeras filas abdiquen de ir totalmente a sus anchas.
En el lado no tan positivo, Mercedes-Benz y la EQE 500 no me dejó tan satisfecho. Los acabados son excelentes, como debe de ser en un Mercedes, pero la aceleración no tanto para un vehículo de 402 HP y que siente su peso en las curvas. En su favor debo decir que me pareció superior, mejor pensada y ejecutada que la EQS que conduje el año pasado.
VW y México
También pude manejar otro alemán eléctrico, el VW ID7. Bonito, amplio, relativamente cómodo de suspensión, la versión de un solo motor que condujimos con sus 282 HP, no me pareció particularmente rápida. Es un muy buen coche que, pienso, no llega a México porque hay poco mercado para los sedanes y menos tan grandes y de precio seguramente elevado por ser eléctrico.
Hubo este año, tres representantes “mexicanos”, es decir, autos que están en nuestro mercado pero no en el de Estados Unidos. Suzuki Fronx, Omoda O5 y MG One fueron autos muy disputados para manejarse, principalmente por los jurados de Estados Unidos y Canadá, que no tienen acceso a ellos. Cabe aclarar que los vehículos presentes en el evento no son finalistas, pero sí nominados dentro del concurso y en la lista están también tres BYD, que no tuvimos ninguno en California.
Fue muy interesante para mí manejar dos versiones de la Hyundai Kona, renovada para 2024, que se ubica entre Creta y Tucson y que, definitivamente, creo que la marca debería traer a México. Primero conduje la 1.6 turbo, que con 190 hp, no se siente como si no tuviera esa potencia, sino menos. El manejo no está mal en su segmento, pero no es nada espectacular. Pero después conduje la versión eléctrica, con tan solo 11 hp a más, pero el refinamiento, el centro de gravedad más bajo, el torque inmediato, me hicieron pensar que, si hablamos exclusivamente de manejo y sin poner a los súper autos en la ecuación, los eléctricos ganan por buen margen a los de combustión interna. El detalle es que la convivencia con los eléctricos es mucho más complicada por el tiempo de carga, mucho más que por la autonomía.
Al igual que el año pasado, fueron días intensos en California. Al final del día, todos los jurados estábamos cansados, pero felices por hacer lo que nos más nos gusta: manejar autos. Sí, solo tuvimos una hora con cada uno, en la que tienes que además filmar y fotografiar. Aún así, es un parque se diversión para adultos, del que todos salimos con más conocimiento de la industria y una enorme sonrisa en la cara.