En 2007, el piloto japonés Mr. Morizo luchaba contra una impresionante tormenta para terminar la vuelta en el circuito de Nurburgring, pero lo logró, aunque pocos lo conocieran. Ligado a los autos toda su vida, Morizo sabía que eventualmente sus días al volante no podrían durar mucho. Cuando llegó el momento de abandonar su nombre de piloto y volver al de bautismo, el bisnieto de Kiichiro Toyoda, fundador de la que hoy es la mayor empresa fabricante de autos del mundo, se enfrentaría con una tarea mucho más complicada. Vaya momento en el que fue llamado Akio Toyoda para sentarse en la silla de Jefe Ejecutivo de la marca, misma que dejará en manos de Koji Sato a partir del primero de abril próximo.
En 2009 Toyota vivía fuertes contrastes. Su valor en el mercado era de impresionantes 115 mil millones de dólares. Pero el mundo estaba inmerso en una grave crisis económica y esto ya representaba el primer gran desafío de Toyoda en su puesto.
Años antes, la marca había decidido acelerar su crecimiento, construyendo velozmente plantas alrededor del planeta y contratando tanto ingenieros jóvenes como de otras empresas, costumbres no muy comunes ni bien vistas en su país natal. Las consecuencias comenzaron a verse principalmente en Estados Unidos, el entonces mayor y más lucrativo mercado del orbe. Muchos clientes de Toyota y Lexus comenzaron a chocar debido a que sus autos seguían acelerados incluso después de quitar el pie del pedal derecho. El llamado a revisión fue de más de ocho millones de unidades y por primera vez en sus poco más de 70 años de historia, Toyota cerró un año con números rojos en sus cuentas. Dos años más tarde, en marzo de 2011, un tsunami azotó las costas de Japón, arrasando fábricas de la marca y de muchos proveedores. En agosto llegaron inundaciones en Tailandia y, otra vez, la marca veía perjudicada su producción. Toyoda estaba siendo puesto a prueba en serio. Pero mostraría su capacidad.
El cambio y el futuro
Vencidas esas crisis, Toyoda comenzó a trabajar en nuevos productos. Entusiasta de los autos rápidos, le dolía la fama de aburridos que tenía la marca que dirigía. Paulatinamente los nuevos Toyota fueron llegando a sus agencias con mejoras en diseño y una dinámica si no entusiasta, al menos ya no tan aburridas. La Rav 4 fue una muestra, al igual que el Camry, Highlander, Sienna y Tundra. El regreso del deportivo Supra, hecho en colaboración con BMW, fue el pináculo del esfuerzo del ejecutivo en esa dirección.
Entusiasta como es, Toyoda piensa -y estoy totalmente de acuerdo con él- que el mundo está acelerando mucho más rápidamente de lo que debería hacia los autos eléctricos, lo que le ha valido fuertes críticas de inversionistas.
A partir del primero de abril próximo le tocará a Koji Sato la tarea de modernizar a Toyota y, probablemente, transformarla en la empresa de movilidad que tantos esperan que sea. Hoy al frente de Lexus, la división de lujo de Toyota, Sato tiene 13 años de edad menos que Toyoda, que ya cumplió 66. Le tocará decidir la mejor forma de modernizar a la marca pero tendrá que hacerlo junto con Toyoda, quien será el Chairman, es decir, el jefe del consejo que podría incluso correr a Sato si le pareciera necesario y lograra convencer a los miembros del consejo. Quien conoce a Sato, sin embargo, no cree que él tome decisiones realmente importantes sin consultar a Toyoda.
Queda ver si la Toyota de Koji Sato seguirá el camino hacia el entusiasmo que comenzó a trazar, aunque tal vez de manera algo tímida, su antecesor, o si se lanzará a recortar la distancia hacia otras marcas con relación al desarrollo de vehículos eléctricos, sea la alemana Volkswagen o la alianza entre General Motors y Honda. Obviamente alcanzar a la estadounidense Tesla o la china BYD, está bastante complicado.
El rumbo de Toyota, por lo tanto, está indefinido. Como entusiasta de los autos, me gusta el trabajo que hizo Akio Toyoda al frente de la marca, sacando buena parte del polvo del aburrimiento anterior y para muestra está el nuevo Prius. Pero si él tenía razón al reconocerse como de vieja guardia y si el mundo realmente se va a inclinar más rápido de lo que debería hacia los eléctricos, hizo bien en salir. Yo, particularmente, pienso que el mundo no puede absorber a tantos eléctricos tan pronto, pero sí, necesita más gente como Akio Toyoda.