En 1950, Inglaterra todavía estaba rebosante y orgullosa de ser parte de los países aliados que vencieron en la Segunda Guerra Mundial. Aquel momento de bonanza se veía directamente reflejado en el hecho de que se trataba del segundo mayor fabricante de automóviles a nivel mundial. Tan sólo por detrás de Estados Unidos, y sí, su especialidad, eran los roadsters deportivos, pero había marcas para todo tipo de clientes y bolsillos como la British Leyland Motor Corporation. No hay que olvidar que algunos de sus fabricantes, ya llevaban varios años en el mercado
Al mismo tiempo, en una latitud lejana, una resquebrajada China, daba los primeros pasos de soberanía, después de permanecer poco más de un siglo bajo el dominio británico tras el estallido de la Primera Guerra del Opio en 1839. La recién declarada República Popular China (1949) daba sus primeros pasos en el mundo automotriz con empresas estatales. First Automobile Works (1953) y Shanghai Automobile (1955), fueron sus primeros fabricantes.
La producción era de unas 200 mil unidades. Cifra más próxima a lo que entonces demandaba el mercado mexicano, que a lo que se esperaba de un país que contaba con una población de 551,960,000 habitantes. Con el ascenso del comunismo, China volvía a aislarse del mundo adoptando políticas extremadamente proteccionistas y muy pocos creyeron que ese país algún día regresaría a ser un protagonista mundial, sobre todo, tras la caída del Muro de Berlín (1989) y el debacle de la URSS en 1991.
Pero contrariamente a todos esos pronósticos, China comenzó un ascenso meteórico a partir de la década de 1990, el cual fue aún más sorprendente cuando el país entró a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. De hecho, en 2009, tras alcanzar las 13.7 millones de unidades superó a Estados Unidos como el principal mercado automotriz a nivel mundial. Puesto que se mantiene holgadamente al día de hoy, ya que en 2021 superó los 26 millones de vehículos.
Mientras China subió, Inglaterra, que como mencioné anteriormente llegó a estar en la cúspide, tomó un camino completamente a la inversa, y es que su industria, cada vez, se ha ido desmantelando, sobre todo, a partir de 1990, cuando entra en crisis. Algunos fabricantes cerraron y otros tantos fueron adquiridos por extranjeros.
La ironía, es que algunos ahora forman parte de conglomerados procedentes de antiguos países enemigos como Alemania, teniendo como ejemplo a BMW (Mini y Rolls-Royce) y Volkswagen (Bentley), o incluso Vauxhall, que ahora forma parte de Stellantis. También están aquellos que fueron colonia como India, que a través de Tata, lograron poseer a Jaguar y Land Rover, pero no son los únicos.
Y sí, acertaste, China también es partícipe de ello y de hecho le ha agarrado especial gusto a eso de adquirir firmas británicas. Tal vez el ejemplo más famoso es SAIC Motor, que desde 2006, es dueña en su totalidad de Morris Garages (MG). Marca, que por cierto, se retiró de Europa hace unos años, pero que hoy está de vuelta con modelos como el MG4 Electric, o la HS, esta última disponible en México. Tampoco hay que olvidar que en 2024 presentará un roadster eléctrico que de alguna forma, significa el regreso de la marca a sus “orígenes”.
Otra firma británica que también regresa es Morris, así a secas, la cual estuvo activa entre 1912 a 1984. Su primer modelo denominado JE Van, es un comercial eléctrico de diseño retro que se inspira en la J-Type, una van de reparto urbano que recorrió las calles de Gran Bretaña desde fines de los años 40 hasta entrados los 60.
SAIC no es la única firma china que le gusta el estilo inglés, ya que Geely Automobile, podría calificarse como la que mayor colección de firmas británicas ha logrado y es que entre su lista de adquisiciones destacan Lotus, adquirida en 2017, tras la compra de Proton. Su participación ha sido fundamental para romper récords de ventas gracias al lanzamiento del nuevo Emira, así como para desarrollar la Eletre, su primer SUV, que además es 100% eléctrica y cuya producción se realizará en exclusiva en China.
Otra firma que también le pertenece a Geely es London Electric Vehicle Company, anteriormente conocida como The London Taxi Corporation, la cual, como quieras llamarle, y como su nombre bien indica, es la empresa encargada de fabricar los icónicos taxis que circulan en Londres, la capital y mayor ciudad del Reino Unido.
Para echarle más “limón a la herida”, recién se anunció que Geely adquirió una participación de 7.6 % en Aston Martin Lagonda. Sí, es una pequeña porción de una empresa que también tiene como inversionistas a Lawrence Stroll (18.3 por ciento), Fondo de Inversión Pública Saudita -PIF- (16.7 por ciento) y Daimler (9.7 por ciento).
Pero, por algo se comienza y sobre todo hay que tener mucha atención de lo que esto representa, ya que tampoco hay que olvidar que Geely también es accionista del casi el 10% de la alemana Daimler, siendo además copropietario de smart de la cual tiene un 50 por ciento del valor total ¡Puff!
Sin duda, lo primero que podemos esperar, es que gracias a los chinos, los lazos entre Mercedes y Aston Martin, se reforzarán aún más. Y sí, mucha de la tecnología será usada en el resto del catálogo de marcas que Geely posee.
Hoy, la economía británica no pasa por su mejor momento y de hecho, la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, parece no encontrar la fórmula que le devuelva la fortaleza a la libra esterlina e incluso, gracias al Brexit, entre otros factores, parece que la nación se encuentra aislada del resto al mundo y está lejos de recuperar la bonanza económica y mientras, todo siga así, seguramente, más empresas británicas y europeas, serán adquiridas e incluso desplazadas por las empresas provenientes de la próspera China.
¿Cuál crees que será la siguiente firma británica que podría ser adquirida o hasta revivida por los chinos? ¿McLaren, Noble, Morgan, Radical, Jensen, Ascari? Me gustaría leerte.
*Esta columna expresa el punto de vista del redactor y no necesariamente el posicionamiento de Autocosmos.