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Prueba de Manejo

Ford Maverick 2022, una buena compañera para salir a carretera

Hicimos un par de trayectos en carretera y el desempeño de la Maverick nos sorprendió

Ford Maverick 2022, una buena compañera para salir a carretera

Desde pequeño he sido fan de las pick up, de hecho, aprendí a manejar en una, sin embargo, mi vida en una colonia céntrica de la Ciudad de México no es tan compatible con ese tipo de vehículos.

Me hablaron mucho de la Ford Maverick, me contaron que es una pick up no tan estorbosa y que se maneja como si fuera auto, lo sonaba muy bien y quise comprobarlo, tuve la oportunidad de hacerlo y para ello que mejor una escapada a en carretera.

La prueba comenzó desde subí el equipaje, si bien la batea no es enorme si brinda mucho más espacio que la cajuela de mi coche, así que me hice el propósito (o quizá despropósito) de llenarla con las cosas más innecesarias que se me ocurrieran para la corta vacación, además de claro la carriola para mi hijo, su pequeña bicicleta y todo lo que se me iban ocurriendo que podría llevar de viaje aprovechando tal espacio. Claro, se trata de una batea con tapa, por lo que no me preocupé de que algo se cayera, se mojara con la lluvia, o que se robaran algo mientras estuviéramos detenidos en un semáforo.

Una vez ya adentro y listos para partir conecté mi celular al sistema de info entretenimiento, el Android Auto operó sin problema, ya con el Waze indicando mi destino y mi playlist para viajes y nos dirigimos hacia el al sur.

Salimos de la ciudad y comenzamos a subir las montañas por la autopista. Potencia no le falta, se mueve bastante bien gracias al motor 2.0 turbo con 250 hp y 277 lb-pie, y es capaz de rebasar en subida, lo que sí noté es que en realidad no se mueve como un coche, al final el centro de gravedad es más alto y si bien no brinca tanto como una pick up tradicional tampoco se siente tan plantada al suelo como un compacto, su manejo es más bien similar al de una SUV, cómodo y maniobrable sin rayar en la deportividad. La cabina es bastante cómoda, tanto las plazas delanteras como las traseras, en ningún momento nadie se quejó por falta de espacio.

Iniciamos el descenso y pasamos por la famosa curva llamada “La Pera” sin que se sintiera comprometida la estabilidad de la camioneta para finalmente llegar a nuestro destino. Cuernavaca es una ciudad de calles angostas, la Maverick si bien no es tan enorme como una Lobo, vaya ni siquiera como algunas SUV, no deja de ser una camioneta, pero la verdad es que sus dimensiones no resultaron un problema en ambientes urbanos, sobre todo en lo ancho, de cualquier manera, la cámara de reversa facilitaba las maniobras de estacionamiento.

El regreso a la Ciudad de México es la parte más demandante. Si bien Cuernavaca no está lejos y es un viaje muy común de fin de semana para los capitalinos, o incluso del diario para algunos, no debemos olvidar que hay una diferencia de altura de 1,600 metros ¡Una milla hacía arriba! en un trayecto de apenas 40 km, pues la altura va de los 1,500 m s.n.m. del centro de Cuernavaca hasta “la cima” pasando Tres Marías a 3,100 m s.n.m.

En ningún momento de este ascenso se sintió que la Maverick perdiera potencia, subimos a buena velocidad haciendo rebases y si bien me preocupaba el consumo de gasolina tampoco fue mayor al que hubiera hecho con mi auto compacto.

Ya de regreso en la Ciudad de México con la Maverick decidí aprovechar para ir al mercado de Flores de Xochimilco y comprar algunas plantas para mi jardín. Nuevamente su capacidad de carga la hace una opción para quienes transportan cosas, tiene la robustez de una pick up mediana y en ningún momento se sintió que fuera menos capaz que las tradicionales pick ups que están lado a lado en dicho mercado.

Viaje a Querétaro

A la semana de haber ido a Cuernavaca con la Maverick, tuve que viajar nuevamente, en esta ocasión por trabajo a la ciudad de Querétaro. Nuevamente fue maravilloso ver como en la batea cabía todo el equipo de trabajo además del equipaje de 3 personas y sobraba espacio. 

El viaje a Querétaro es también muy común para los chilangos, pero muy diferente al de Cuernavaca. Mientras la Autopista a Cuernavaca presenta drásticos cambios de elevación, la de Querétaro es mucho más plana, por lo mismo es una autopista que permite mayor velocidad pero también tiene más tráfico, sobre todo tráfico pesado.



Definitivamente si voy a manejar entre camiones prefiero ir en una pick up que en un auto, me brinda una sensación, quizá subjetiva de seguridad saber que voy más alto, y en este caso la Maverick no solo me brindó esa sensación sino que también lo hizo muy bien en esas rectas largas permitiéndome ir rápido sin que se sintiera comprometida la estabilidad en ningún momento. Fue tener lo mejor de dos mundos: esa altura y tamaño que uno busca en una pick up, pero con el manejo versátil y veloz de una SUV.

En resumen, la Maverick no me pareció tan estorbosa como para usarla diariamente, tampoco gastó tanto al usarla en ciudad, y funcionó perfectamente bien en carretera. Si a esto le sumamos que por dentro es espaciosa y ni mi familia o amigos se sintieron apretados, y que tiene la versatilidad de poder cargar un montón de cosas en la batea la convierten en un vehículo que consideraré seriamente ahora que sea momento de cambiar el mío.

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