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Sobre ruedas: ¿Por qué cuando los rediseñan, algunos autos cambian mucho y otros no?

En qué radica el hecho de que algunos modelos tengan cambios estéticos profundos y otros no

Sobre ruedas: ¿Por qué cuando los rediseñan, algunos autos cambian mucho y otros no?

Hace 15 o 20 años, cuando tocaba la renovación a los sedanes como: Accord, Camry, A4, o Serie 3, aunque se tratara de una generación completamente nueva, los cambios estéticos eran más bien conservadores.

Los fabricantes no podían darse el lujo de arriesgar demasiado con sus modelos más vendidos por el temor a perder a sus enormes bases de clientes y, en consecuencia, aunque se tratara de nuevas plataformas, propuesta mecánica o de interiores, el diseño exterior evolucionaba tímidamente.

Hoy, los modelos más vendidos de las marcas ya no son los sedanes, sino las SUV, pero esa tendencia de modificar poco el diseño de sus autos más taquilleros se mantiene. Para muestra, basta revisar las renovaciones recientemente presentadas de los BMW X1 o Mercedes-Benz GLC. Productos sumamente populares para cada marca respectivamente.

Aunque en ambos casos se trata de modelos completamente nuevos, con nueva plataforma, diferentes medidas, interiores más modernos y llenos de conectividad, así como la adopción de sistemas motrices electrificados, en el exterior, notar los cambios se dificulta, particularmente con la Mercedes.

En ese mismo tenor, aunque o se ha presentado, también se espera que la nueva CR-V de Honda sea bastante parecida a la actual.

Esto contrasta con el diseño de modelos como el Serie 4 o el iX en el caso de BMW o del EQS en el caso de Mercedes-Benz, que tienen diseños bastante más futuristas e incluso por qué no decirlo, controvertidos. Ya que este tipo de productos están más orientados a los early adopters y no a la gran base de clientes que es más conservadora.

Cuando el diseño es parte de la identidad

Hay otros ejemplos en donde el diseño cambia muy poco simplemente porque es parte de la identidad del producto, quizá el más fácil de reconocer sea el Porsche 911, no importa que suceda, la silueta del icónico deportivo no puede cambiar, y entonces el rediseño se limita a jugar con ciertos elementos como los faros, calaveras, rines y alguna que otra cosa más.

Jeep Wrangler o Volkswagen Golf también podrían ser un ejemplo de esto, pero la realidad es que son muy pocos los autos lo suficientemente icónicos para lograr llegar a este plano.

En resumen, si una marca presenta un nuevo modelo que luce muy similar a su predecesor, lo más probable es que esté tratando de arriesgarse lo menos posible a perder un volumen importante de ventas.

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