Siempre estamos al pendiente de este tipo de “comparativas” porque nos dejan saber los alcances y limitaciones de cada modelo. En este caso, los dos comparten nacionalidad, pero con principios mecánicos distintos.
¿Qué pasa?
Por un lado tenemos al BMW i4 M50, un sedán eléctrico que gana vistosidad gracias al paquete M tiene entre su arsenal un sistema de tracción integral que pone al piso 544 Hp de manera implacable, aún con sus 2,215 kg de peso. No ahondaremos en temas de función y practicidades que ofrecen los sedanes. Esto se trata de rendimiento.
En la otra esquina, también de BMW, tenemos un deportivo nato. Sin mucho rodeo, el M3 Competiton nació para la velocidad, para retar, ganar y emocionar. Cuenta con 510 Hp, 34 menos que su pariente, pero adivina, también su peso es inferior: 1,730 kg. Y luego viene la maravilla de la ingeniería que dicta dónde y como distribuir esos kilos para facilitarle la vida a la tracción trasera mediante una transmisión autoática de ocho velocidades.
¿Y qué pasó?
Como era de esperarse, el BMW i4 M50 salió catapultado gracias a su inmediata entrega de potencia, mientras que al M3 le toma un corto lapso de tiempo para que el 3.0 litros despierte y entonces comience la magia, todo, gracias a la “bendita” distribución de peso para que, cercano a los 160 km/h comience a dar alcance al sedán eléctrico.
¿Cuál es mejor? Fácil: ambos. Cada uno en su filosofía y en su modo de interpretar el alto rendimiento, sin embargo, en Autocosmos hemos convivido con el sedán deportivo a gasolina y te comparto algo: es una máquina perfecta de arrancar sonrisas.
Disfruta el video y cuéntanos con cual te quedarías.
BMW i4 M50 vs BMW M3