El desarrollo tecnológico que desde hace décadas acompaña al avance de la industria automotriz genera situaciones que antes parecían impensadas. Un ejemplo es lo que está sucediendo con varios fabricantes de primer orden, que están demorando o incluso interrumpiendo sus producciones debido a la escasez de un elemento hoy vital en los vehículos: el chip.
En concreto, el medio alemán DW reporta que Volkswagen padece la falta de microprocesadores en casi todo el mundo y Mercedes-Benz a nivel local, situación que también sucede con otro quinteto de marcas en todo el globo. ¿Por qué sucede? ¿Qué tienen que ver los dispositivos electrónicos como celulares o tablets en todo esto? Veamos.
La pandemia como respuesta a todo
Los dispositivos electrónicos, grandes protagonistas del problema.
La falta de recursos electrónicos que sufren los fabricantes recién mencionados tiene como base lo acontecido con la pandemia del Coronavirus. Debido a las medidas sanitarias tomadas para evitar su propagación, específicamente la cuarentena, disminuyeron considerablemente las ventas de vehículos y aumentaron las de dispositivos electrónicos. Traemos a colación a estos últimos porque utilizan los mismos chips que emplea cualquier vehículo, por lo que hubo un desfasaje de demanda que se trasladó a la oferta y que derivó en que los productores de chips enfocaran su atención en esos productos de entrecasa. Ya de por sí las grandes empresas tecnológicas (Apple y Sony, por citar algunas) son prioridad para los proveedores debido a los mejores dividendos que les dejan y por sus mayores volúmenes de producción, así que con el contexto de buena parte del 2020 la brecha se amplió aún más.
En el último tiempo la industria automotriz repuntó rápidamente (principalmente gracias a lo sucedido en China, el mercado más grande del planeta) pero el proceso no fue acompañado por una recomposición en la entrega de los chips, lo que llevó a la escasez actual.
Otro factor que complica la distribución de los elementos electrónicos es el bloqueo que el gobierno de Estados Unidos le impuso a varios proveedores chinos en general y al principal del rubro, SMIC, en particular, lo que no hizo más que colaborar con la falta del producto en buena parte del planeta.
¿Para cuándo la solución?
A más tecnología, más demanda de chips.
Mientras empresas como Bosch y Continental tratan de mantenerse con stock, Volkswagen parece ser la principal automotriz afectada al informar que sus fábricas de Estados Unidos, Europa y China sufrieron modificaciones en la producción, siendo el Tiguan, Touran y SEAT Tarraco los modelos más perjudicados. Otra marca alemana, Mercedes-Benz, trabaja para adaptarse a la situación, algo similar a lo que ocurre con Renault, Honda, Ford, Nissan y FCA.
Desde Continental señalaron que es probable que la situación continúe de la misma manera hasta bien entrado el 2021, lo que llevará a la interrupción de sus actividades. Para VW el problema pasará al olvido, siendo muy optimistas, recién a partir del segundo semestre de este año.
Por último, desde la agencia especializada Fitch Ratings señalaron que la falta de chips continuará al menos hasta junio, mes en el que los productores deberían aumentar su oferta. “La industria de los semiconductores es conocida por sus altos costos fijos y por ende no se puede mejorar la producción fácilmente, sino que se requiere tiempo e inversión”, comentó a DW Paul Lund, director de la agencia.