No es secreto que Mazda tiene la ambición de transformarse en una marca premium. Si bien, esta marca centenaria aún tiene mucho que recorrer para lograr su meta. También hay que ser francos y hay que reconocer la notable evolución que ha tenido en los últimos años.
¿Qué sucede?
Según un informe conseguido por los colegas de Best Car Web de Japón, la próxima generación de la Mazda CX-5 presumirá una plataforma de propulsión trasera, así como una nueva familia de motores. Esto quiere decir, que al menos en teoría, podría gozar de una configuración similar a la Mercedes-Benz GLC y BMW X3. Modelos con los que pretende rivalizar.
Esta arriesgada apuesta, estaría respaldada por la nueva familia de motores de seis cilindros en línea SkyActiv-X. El propulsor de gasolina sería un 3.0 litros con tecnología de hibridación ligera de 48 voltios que podría tener una potencia en torno a los 350 Hp. De forma un tanto sorpresiva, la oferta se complementaría con un motor de 3.3 litros diésel.
De igual forma se especula, que, para marcar un poco de distancia, la CX-5 cambiaría su denominación a CX-50. Aunque existe la posibilidad, de que este último nombre sea usado en una variante de estilo coupé.
Como podrás deducir, esta arquitectura y motorizaciones serían compartidas con el próximo Mazda 6, por lo que estaríamos hablando de una plataforma modulable y preparada para recibir tecnologías de propulsión eléctrica.
¿Estamos más cerca de ver una Mazda premium? Probablemente, sí.