Hasta los años 70, los productos japoneses tenían mala fama fuera de su país. Hoy suena difícil de creer, pero el que no haya vivido esa época puede buscar en la trilogía Volver al Futuro el momento en que Martin McFly está en el pasado con su video cámara descompuesta y el Doctor Emmet Brown la examina y exclama: “Con razón está descompuesta, está hecha en Japón”.
Poco a poco esa percepción fue cambiando y el producto japonés hoy es sinónimo de calidad. Con los autos coreanos pasó lo mismo. Hasta que trabajaron en tema al punto de ofrecer 10 años de garantía en sus coches vendidos en Estados Unidos. Hoy ningún estadounidense piensa que una marca como Genesis sea de baja calidad, sino todo lo contrario. El mismo fenómeno pasará con los autos chinos, es solo una cuestión de tiempo. Los mexicanos somos de los últimos mercados latinos en recibir sus coches, pero esto está cambiando y la velocidad de esa mudanza será a cada día mayor.
La primera marca china en llegar a nuestro país fue FAW. Sus planes eran ambiciosos. Comenzaron a construir una planta en Michoacán y contrataron a la antigua presidenta de Ford México, Kathleen Ligocki, para comandar a la empresa. Pero la crisis de 2008 y 2009 terminó por sepultar los planes del Grupo Salinas en suelo nacional. Esto, aunado a la baja calidad de los autos F1, F3 y F4, terminaron por dañar aún la fama de los coches de ese origen en México.
En 2016 llegó BAIC, de la mano del Grupo Picacho, un importante distribuidor nacional. Más tarde pasaría a ser administrada directamente por la empresa china, hoy nombrada Beijing Automóviles, que ha estado creciendo su portafolio y pronto tendrá incluso vehículos híbridos en México.
JAC y SAIC
Pero es JAC hoy la mayor marca de origen chino en operar en México. Con una planta en Ciudad Sahagun, Hidalgo, JAC tiene la más amplia gama de vehículos del país asiático en territorio nacional, incluyendo a varios eléctricos. Se puede decir que JAC es la responsable por empezar el cambio de percepción de los autos chinos aquí, basta con ver la reventa de algunos de sus modelos, en especial las pickups T6 y T8.
Ahora llega a este país nada menos que el mayor fabricante chino: SAIC, que no arriba con productos bajo su marca, pero sí bajo la británica MG, que regresa luego de una breve y poco exitosa estancia hace cerca de 20 años. Fundada en 1920 como Morris Garage, MG tuvo cierta reputación en el Reino Unido. En México el MG TF y luego el Rover 75 fueron muy bien aceptados en su época.
Luego de estar cerca de desaparecer en 2005, MG fue comprada por Nanjing Motors, que se fusionó con SAIC en 2007. Hoy SAIC es el séptimo mayor productor de autos del planeta y el arribo de MG probablemente sea solo el inicio de sus operaciones en México, que sigue siendo un mercado productor más que interesante para cualquiera que busque entrar a Estados Unidos que ya no es el mayor -China vende muchos más autos- pero sigue siendo el mercado más rentable del mundo.
SAIC es la más reciente pero no será la última. Autos de la marca BYD ya fueron vistos en las calles mexicanas y muy pronto deberemos tener noticias oficiales sobre su arribo.
El hecho es que la presencia de vehículos con origen chino es cada vez mayor y los consumidores deben estar atentos a ellos. Hoy la ecuación que ofrecen es similar a la que tenían los coreanos cuando llegaron, es decir, ofrecer un muy buen valor por tu dinero. Mi ejemplo como consumidor no es estadísticamente relevante, claro, pero como propietario de una JAC Sei 7 desde diciembre del año pasado, no tengo malas experiencias que reportar y salvo la ausencia de CarPlay y Android Auto, la experiencia de propiedad tanto en manejo, equipo, sensaciones, incluso en servicio, ha sido plenamente satisfactoria.
Los chinos están aquí y vinieron para quedarse. Y al contrario de lo que algunos piensan, esa es una excelente noticia.