Si bien las persecuciones policiacas ponen en peligro la vida de los automovilistas y peatones, la que sucedió recientemente en Louisiana, Estados Unidos, es verdaderamente inédita, ya que la policía perseguía a toda velocidad a un autobús que había sido robado por un niño.
Esta inédita historia ocurrida el 11 de octubre de 2020 en Baton Rouge, Louisiana, inició con el robo de un autobús escolar por parte de un niño de solo 11 años de edad, quien lo sustrajo para “dar un paseo”.
Tras la desaparición del vehículo, el personal de la escuela dio aviso a las autoridades, quienes de inmediato localizaron.
Lejos de no hacer caso a las indicaciones de la policía, el pequeño empezó a huir acelerando a más velocidad y chocando con vehículos estacionados. Basta decir que la persecución de más de 20 kilómetros para tener una idea de lo intrépido que fue el niño al volante del autobús.
Al final, luego de impactarse contra un árbol, el infante, el cual se desconoce su identidad por ser menor de edad, fue detenido por una enorme cantidad de policías que le seguían el paso.
De acuerdo con el reporte de la policía, además de casuar daños al árbol y a una línea de gas, en la persecución, el niño chocó contra tres vehículos.
Ante todo, esto, el pequeño fue ingresado en el Centro de Detención Juvenil de Baton Rouge y enfrenta cargos que incluyen robo de vehículo, tres cargos de daños a la propiedad y un cargo de asalto agravado por chocar intencionalmente contra al menos uno de los tres vehículos.
Debido a la estatura del niño y la altura del asiento en la posición de manejo del autobús, la policía deduce que el pequeño ladrón tuvo que ponerse de pie para controlar el autobús y conducir.