El i3 se presentó en 2013, y contrario a la tendencia natural del mercado, cada año ha incrementado sus ventas. Para 2018 recibió una actualización que entre otras cosas, incluía una nueva batería del doble de tamaño, con lo cual la autonomía creció de manera importante. En consecuencia, el BMW i3 vendió 20% más el año pasado, en comparación con 2018, notable si consideramos que tiene ya seis años en el mercado.
Como lo he mencionado antes, el BMW i3 representa un concepto que va mucho más allá de la simple electrificación del automóvil, tanto así que BMW tuvo que crear la submarca i para englobar este tipo de vehículos.
El fabricante bávaro diseñó un proceso de manufactura y construcción con huella de carbón neutral. Es decir, desde la forma en que se produce la fibra de carbono, la manera en que son tratados los cueros y maderas del interior e incluso las vestiduras que son de PET reciclado, sin dejar de considerar que la planta se alimenta de energía generada a partir de fuentes renovables, cada parte del proceso fue pensada para emitir la menor cantidad de gases de efecto invernadero.
Adicionalmente, hay una razón para que el i3, siendo un city car, tenga una carrocería de fibra de carbono, algo que normalmente asociamos exclusivamente a los deportivos más costosos. BMW sabía que uno de los retos principales para incrementar la autonomía de un auto eléctrico está en el peso del mismo, y en virtud de que el paquete de baterías aporta una parte importantísima de la masa total, misma que no es posible eludir, había que reducir el peso en donde fuera posible.
El resultado, una cabina (denominada Life Module) hecha de fibra de carbono, pero mediante un nuevo proceso que demanda menos tiempo y energía en comparación con la fibra de grado aeroespacial que se utiliza en los autos de la F1 por ejemplo. Este nuevo proceso, si bien cumple con todos los requerimientos de la industria automotriz en materia de rigidez y protección a los ocupantes, permite que la fabricación sea mucho más rápida y por lo tanto, mucho más barata también.
Por otro lado, todos los componentes mecánicos; batería, suspensión y motor están alojados en un módulo inferior que la firma denomina como Drive Module. Podríamos decir entonces que, el BMW i3 es un auto Body on Frame.
Entonces, el BMW i3, aun cuando es un auto urbano, se asemeja más en construcción y propuesta con un super auto, que con uno mainstream.
Más autonomía y potencia
Como te decía, el año pasado BMW refrescó ligeramente a su City Car eléctrico, a nivel estético las casi no hay cambios, sin embargo, en la parte mecánica hay una batería de iones de litio que ahora tiene 42.2 kWh que provee de energía a un motor de 184 hp y 199 lb-pie de torque, es decir 14 hp y 15 lb-pie adicionales que envía la potencia al tren posterior vía una transmisión automática de una velocidad.
Lo anterior significa que el BMW i3 S es capaz de hacer un 0 – 100 km/h en 6.9 segundos en la variante puramente eléctrica, o bien 7.7 segundos cuando equipa el pequeño motor bicilíndrico de 647 cc que sirve como generador para incrementar el rango de autonomía.
La autonomía máxima del BMW i3 S REX (así se llama la versión con extensor de rango y que fue la que probamos) ronda los 380 kilómetros.
Así luce el @BMWMex i3 S 2020 https://t.co/VMVqYyWNTe pic.twitter.com/gfqrC62KU6
— Autocosmos México (@Autocosmos) April 8, 2020
Interior moderno y diferente
La mera acción de ingresar a la cabina del BMW i3 S es una experiencia diferente e interesante en comparación con otros autos, y esto se debe a la configuración de puertas suicidas, que le da un toque de identidad muy particular.
Adentro, el i3 no se parece mucho al resto de sus hermanos de gama, una gran pantalla flotante de 10.25” de excelente resolución montada en la parte superior central del tablero es quizá el elemento más dominante. Solo se puede controlar vía el sistema iDrive que está entre los asientos. Las formas son más orgánicas en comparación a lo que nos tiene acostumbrados BMW, eso sí, tanto acabados como materiales son impecables.
Los paneles superiores de las puertas tienen un panel que se percibe duro al tacto, no es un plástico común, es la fibra de carbono expuesta y la verdad es que le agrega una atmósfera increíble.
En lugar de clúster de instrumentos hay una pequeña pantalla que nos entrega la información más importante relacionada con autonomía, velocidad actual y cantidad de combustible.
Este es el interior del @BMWMex i3 S 2020 https://t.co/VMVqYyFd1G pic.twitter.com/B1GXS8XuMy
— Autocosmos México (@Autocosmos) April 8, 2020
Siguiendo con la rareza del interior, no hay consola central. Es decir, el tablero no está conectado con la consola que divide los asientos. La razón, no hay túnel de transmisión y los diseñadores decidieron dejar ese espacio libre y así crear una sensación de mayor amplitud, lo que se agradece porque el i3 es un auto pequeño. Asimismo, los pasajeros delanteros tienen un techo panorámico con su cortinilla para cada uno.
La banca trasera es más cómoda de lo que esperarías dada las reducidas dimensiones de apenas 4 metros, caben dos adultos perfectamente bien, de hecho, el i3 es solo para cuatro ocupantes. No hay asiento central en la fila posterior, solo una aplicación de plástico con un portavasos doble centro. Por otra parte, y aunque las ventanas traseras no bajan, la superficie acristalada es inmensa gracias a la caída pronunciada de la línea de hombro justo al llegar a la puerta de atrás.
Considerando sus particularidades, la realidad es que dos adultos pueden viajar bien en la parte trasera del BMW i3.
Ágil, pero no esperes un deportivo
Cuando BMW anunció la incorporación de una versión S del i3, y conociendo lo rápidos que pueden llegar a ser los eléctricos, todos pensamos que sería algo así como un M para la ciudad. En la práctica y sin decir que el BMW i3 S sea un coche lento, porque no lo es, tampoco entrega ese desempeño capaz de poner mucha presión en tus cervicales, como otros autos de baterías.
Pero lo que más afecta la sensación de deportividad no son las aceleraciones, ya que repito, sin ser brutales, el i3 S es de reacciones ágiles, es el ajuste de la suspensión demasiado suave que genera más balanceo de la carrocería de lo que me gustaría, así como uno neumáticos muy delgados, lo que le impiden al i3 S, transmitir toda la diversión que podría.
Aun con lo anterior, el i3 S tiene sus formas de hacer tus trayectos más entretenidos, primero, al ser tan pequeño se mueve en el tránsito como pez en el agua, se mete como la humedad. Cuando te das cuenta ya desapareció en la multitud de autos. Y en segunda instancia, el tema de la regeneración de electricidad está muy bien logrado, casi pareciera que BMW utilizó el concepto de gamification, es decir, hace parecer la recuperación como un juego.
Gracias a lo anterior, cuando te das cuenta ya vas jugando intentando calcular cuando desacelerar para regenerar más o como debes ir dosificando el pedal del acelerador para maximizar el rendimiento de la batería.
Aunque los números de autonomía no estén cerca de los que anuncia un Tesla Model 3 por ejemplo o el Chevrolet Bolt, en el tiempo que tuve el BMW i3 S a prueba (una semana), solo tuve que recargarlo en una ocasión y siendo honesto, lo hice cuando todavía le quedaba el 20% de la carga, más por un tema de paz mental que porque fuera necesario, ya que jamás entró en acción el motor de combustión para recargar la batería.
Mi punto es que es posible hacer todas las actividades de tu rutina diaria sin preocuparte en absoluto de la autonomía, se trata más de superar una barrera mental que tenemos, ya que, en la práctica, es perfectamente posible utilizar un auto eléctrico diariamente.
Un último punto, hablando de calidad de marcha, el BMW i3 S es silencioso y confortable, jamás pensarías que un auto urbano puede entregar esos niveles de refinamiento. Esto es todavía más notable si consideramos que la carrocería es de fibra de carbono, que tienden a traspasar mucho más los ruidos producidos en el exterior que las de acero o aluminio.
Conclusión
No cabe duda que el BMW i3 S sigue siendo, y luego de casi 6 años en el mercado, un auto propositivo y futurista. Es un eléctrico que se adelantó a su tiempo.
Aunque también hay que decir que su diseño exterior no es su carta fuerte, de hecho, visto por fuera luce raro, por no decir feo, aunque era la única manera de ofrecer ese espacio interior en unas medidas tan contenidas. Sea como sea, hablando estrictamente de precio, que es elevado, lo enfrenta directamente con el Tesla Model 3, que además de verse mejor, tiene todo este halo que se ha generado alrededor de la marca.
Aun con lo anterior y desde un punto de vista de su concepción, proceso de manufactura y la forma en que son tratados los materiales utilizados. El BMW i3 (el 100% eléctrico claro está, porque el REX ya utiliza un motor para extender su rango y por lo tanto, genera emisiones) sigue siendo más amigable con el medio ambiente que cualquier otro auto que puedas comprar, incluidos los super de moda Tesla.
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BMW i3 S - un eléctrico diferente