Vende tu auto
Autos clásicos

La historia del Volkswagen Safari, un memorable auto con el sello "Hecho en México"

Este auto que tomaba como base al Vocho fue construido en la planta de Puebla, México.

La historia del Volkswagen Safari, un memorable auto con el sello "Hecho en México"

A lo largo de la historia, Volkswagen ha creado un gran número de modelos, la mayoría de los cuales se han convertido en iconos. Mientras que algunos siguen acumulando ventas como el Jetta o el Golf, por ejemplo, otros han dicho adiós, pero aun así son recordados, como es el caso del Vocho o el Safari.

Conocido en Estados Unidos y Europa como The Thing, en Reino Unido como Trekker, Pescaccia en Italia o Safari en México y América del Sur, este automóvil llevaba el nombre de Type 181 y no se vendía como tal a los civiles.

Desarrollado para el ejército de Alemania Occidental a fines de la década de 1960, este vehículo multipropósito estaba basado en el Type 182 Kübelwagen utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.

Fue en el otoño de 1969, cuando Volkswagen comenzó a comercializar el Type 181 en Europa, sin embargo, fueron pocos los que llegaron a los distribuidores, ya que la OTAN compró una gran parte de los vehículos.

Más tarde -en 1973-, Volkswagen transfirió la producción de este característico automóvil de Alemania a México, dándole un nuevo territorio en el que deambular. Debido a que en esa época las marcas de autos iniciaron una tendencia en la que los modelos tenían carrocerías aerodinámicas, el Safari sobresalió del resto.

Como parte de su estilo simple, el Volkswagen Safari tenía un cofre inclinado que no fue moldeado con fines aerodinámicos, sino por la necesidad de tener mayor visibilidad al momento de rodar en terrenos complicados.

Además de su peculiar frontal, este modelo destacaba por la carrocería con un estilo corrugado, por las puertas extraíbles, al igual que el techo, y por el parabrisas se podía hacer hacia abajo. Sin embargo, solo era aconsejable utilizar esta función con gafas.

Al igual que el Vocho, el Safari tenía el motor montado en la parte trasera, por lo que el comportamiento delantero del automóvil, además de llevar la llanta de refacción y el tanque de gasolina, servía de cajuela.

Encima de montar el mismo cuatro cilindros con 46 hp del Beetle, este auto de origen militar compartía otros elementos como la transmisión, la suspensión y el chasis. No obstante que no era un vehículo con tracción en las cuatro ruedas o que se pudiera catalogar como buggy, su personalidad hacía que fuera catalogado como un vehículo todoterreno.

Al igual que el Jeep Wrangler o el Land Rover, el Safari podría ser conducida por la calle y en la terracería, a la vez que era un convertible. A diferencia de los buggies, este auto estaba listo para salir a rodar a la arena sin necesidad de hacer una sola conversión.

A pesar de tener una notable popularidad en América del Norte, la producción fue a la baja principalmente, porque el gobierno de Estados Unidos cambió las normas de seguridad en los vehículos.

Aun así la producción continuó en México en los años siguientes, hasta que su gloria llegó a su fin en 1980, cuando la planta de Puebla solamente fabricó 695 unidades. Así, de 1968 a hasta su cese de fabricación, Volkswagen fabricó 140,768 unidades del Safari, de las cuales 64,254 unidades fueron hechas en México.

Luis Hernández recomienda

Omoda 5 Omoda O5