Aunque todos los autos clásicos son sumamente codiciados, existen modelos que lo son más, y no precisamente tienen que ser de una marca de lujo. Uno de esos ejemplares que es bastante pretendido es el Volkswagen Golf (Caribe para México).
Sin importar que sea una versión normal, un GTI o un convertible, todas y cada una de las unidades del Golf de las décadas de 1970 y 1980 son muy buscados, motivo por el cual día a día suben de precio sin importar sus condiciones.
Aunque todos tienen un alto valor, existen algunos que sobresalen de formar impresionante, como es el caso del primer Caribe de carreras del mundo, creado en 1975, un año después del debut del Golf.
Creado por Rolf Nothelle, el icónico auto de carreras destaca por el color rojo de la carrocería y por el gran número de adecuaciones realizadas para cumplir con las regulaciones del Grupo 2.
Inicialmente, el auto fue homologado con un motor de cuatro cilindros en línea de 1.6 litros que producía 162 hp a 8.000 rpm. Posterior a ello, recibió un bloque de 1.8 litros que por medio de dos carburadores registraba 175 hp.
A la par de esta cantidad de poder, el primer Volkswagen Caribe de carreras equipaba sistema de encendido sin contacto, rines BBS, suspensión con resortes ajustables, frenos de alto desempeño, jaula de seguridad, asiento de carreras y cinturón de seguridad de cinco puntos.
Después de disputar y ganar un gran número de carreras, el auto estuvo guardado hasta que su mismo creador lo restauró en 2011 y fue llevado al stand de Volkswagen en Techno Classica en Essen, Alemania, en marzo de 2012.
Ahora, cuatro décadas después de su debut este emblemático Golf de carreras cambia de dueño al ser subastado el 24 de junio por RM Sotheby's en el Techno-Classica 2020.