Cuando se trata de restaurar un vehículo clásico, como es el caso de este Ford F-100 1956, hay de dos: se trabaja renovándola con piezas originales; o se rehabilita con elementos modernos.
En el caso de esta pickup se eligió renovarla con componentes modernos para elevar de manera súbita su desempeño por medio de un motor V8. Específicamente, se trata de un ocho cilindros de 5.2 litros obtenido del Mustang Shelby GT350, que para esta cita entrega 526 hp y 429 libras-pie de torque.
A la par de esta transplante de motor, esta pickup F-100 obtiene la misma caja manual de seis velocidades del Mustang, una suspensión independiente, un sistema de escape personalizado y un radiador rediseñado.
Este trabajo mecánico está acompañado de un exhausto trabajo de hojalatería, pintura y estética. A grandes rasgos estrena chasis, paneles de carrocería, guardabarros traseros ensanchados, estribos, portón trasero liso, caja de carga, pintura en negro mate, luces LED, rines en color negro y neumáticos personalizados.
De igual manera, el interior fue personalizado con asientos de cuero, una consola personalizada con LED, un sistema de audio de alta fidelidad, cámara trasera, un cuadro de instrumentos digital, y un techo forrado de gamuza.
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