Como ya hemos platicado con anterioridad, el automóvil tuvo un papel preponderante durante la Revolución Mexicana, desmitificando la creencia popular de que las batallas de este conflicto político-social se libraron únicamente con caballos y ferrocarriles.
Pues bien, en el marco de la conmemoración del 109 aniversario de la Revolución Mexicana, decidimos traerte cinco automóviles que tuvieron un protagonismo en especial durante este conflicto que cada año se celebra el 20 de noviembre, en referencia al día en el que el Francisco I. Madero publicó el Plan de San Luis Potosí en el que llama al pueblo a levantarse en armas en contra de Porfirio Díaz.
Porfirio Díaz / MAN 1909
No es ningún secreto que Porfirio Díaz sentía una fuerte atracción por la cultura europea, a la cual consideraba refinada y de buen gusto. Por eso no resulta extraño que el ex presidente no resistiera la tentación de adquirir un MAN 1909, importado directamente de Alemania, al cual le pretendía dar tanto un uso oficial como familiar.
Desafortunadamente para el mandatario, el estallido de la Revolución Mexicana en 1910 le impidió darle un gran uso y de esta manera, su lujoso modelo (considerado uno de los ancestros de las actuales “limosinas” gracias a su capacidad de acoger cómodamente hasta veinte pasajeros), quedó en el olvido, hasta que fue hallado y restaurado por un coleccionista privado en los Estados Unidos. Además de este vehículo, Don Porfirio Díaz también fue dueño de un Packard 1908, el cual lo acompañó hasta el día que inició exilio a País, Francia.
Pancho Villa / Dodge Touring Car 1922
Entre las historias revolucionarias ésta no es la única, ya que no se puede dejar de mencionar a José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como “Pancho Villa”, quién fue muerto en una emboscada cuando manejaba su automóvil Dodge 1922, el cual recibió más de 100 disparos que terminarían por arrancarle la vida al llamado “Centauro del Norte”.
Lo que sabemos de este automóvil es que era impulsado por un motor de cuatro cilindros capaz de entregar 25 caballos de fuerza. Para detenerse, recurría a un sistema que frenaba sólo las ruedas delanteras. En Estados Unidos, es célebre por su fiabilidad mecánica que le permitió ser uno de los primeros autos oficiales del ejército estadounidense.
Venustiano Carranza / Vehículo Blindado
Este ejemplo es un poco diferente, ya que se sabe que don Venustiano Carranza tenía un automóvil y que incluso tenía grabas las iniciales V. C. en las puertas. Pero el modelo en sí, se mantiene como una incógnita, que pronto esperamos resolver.
Sin embargo, Carranza realizó una importante aportación durante la guerra y es que el Ejército Constitucionalista que dirigía y que tenía como misión derrocar a Victoriano Huerta, fue una de las primeras fuerzas armadas en todo el mundo que usó vehículos blindados en el campo de batalla. Estos vehículos, tomaban como punto de partida modelos estadounidenses, al parecer Ford T.
Álvaro Obregón / Cadillac 314 1927
Este auto le perteneció a Álvaro Obregón y fue protagonista tanto de un atentado realizado con dinamita, como del asesinato del general. Hoy, este auto es conservado por sus descendientes en el museo de Huatabampo, Sonora, quienes a pesar de recibir cuantiosas ofertas se niegan a desprenderse de este pedazo de historia.
Este auto sólo se produjo en 1926 y 1927, siendo impulsado por un V8 314 cu. capaz de erogar 80 caballos de fuerza. La caja era manual de tres velocidades, mientras que los frenos delanteros y traseros eran de tambor.
Francisco I. Madero / Protos de 4 cilindros
Después de haber firmado el Plan de San Luis y tomar las armas contra el gobierno de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero viajó desde el norte del país a la Ciudad de México en un Thomas Flyer 1910. Cabe destacar que éste no era su automóvil personal ya que era dueño de un Protos de 4 cilindros, del cual poco o nada se sabe.
Aún así, no se trataba de un automóvil sencillo, ya que Protos era una de las marcas alemanas más prestigiosas a inicios del siglo XX. Ganó fama al ganar la carrera Nueva York-Paris en 1908, mientras que, en México, hizo lo propio al ser el vencedor en la carrera México-Puebla de 1911. Este último hito, fue un valioso recurso publicitario en nuestro país.
Curiosamente, el día de la Decena Trágica, Madero fue conducido hasta el Palacio Negro de Lecumberri en un automóvil Protos, mientras que José María Pino Suárez fue trasladado en un Peerles.
¿Los demás?
José María Pino Suárez también debió tener un automóvil propio, pues era uno de los 339 conductores registrados en 1912. En el caso de Victoriano Huerta, existen fotos de él viajando en automóviles, pero no se confirma que eran de su propiedad. Incluso no se alcanza a apreciar el modelo. ¡Y Emiliano Zapata? Bueno, pues él siempre fue fiel a su caballo.