Con la llegada de la 12a generación del Toyota Corolla, el nuevo capítulo del auto más vendido del mundo no solo destaca por sus innovaciones en desempeño, diseño, equipamiento y seguridad, sino que también por obtener una versión híbrida y una deportiva.
Esta última reconocida como GR-Sport -hizo su aparición con el Yaris a finales de 2018- hace que el Corolla sea un auténtico hot hatch debido a las altas prestaciones que ofrece, luego de ser trabajado por Toyota Gazoo Racing -de ahí las iniciales GR-.
Debido a que esta clase de autos lo primero que llama la atención es la potencia, empecemos por ahí. A diferencia de sus competidores que recurren a motores turbocargados, el Corolla GR-Sport ocupa un sistema híbrido, compuesto por un motor a gasolina de 2.0 litros y un motor eléctrico, dispuesto a entregar 184 hp.
No obstante que esta cifra no supera los 200 hp como lo hacen la mayoría de los hot hatches del momento, el Corolla en su versión deportiva está más enfocado en ofrecer una dinámica de conducción deportiva y cómoda. Para ello, Toyota Gazoo Racing hace uso de una suspensión adaptativa -de manera opcional- que varía la respuesta y la rigidez de los amortiguadores en función del estado de la carretera y el estilo de manejo. Actúa en sólo 20 milésimas de segundo y es capaz de variar la posición de los amortiguadores en 650 posiciones diferentes.
Además de la suspensión y sistema híbrido, el Corolla GR-Sport se diferencia del Corolla “normal” por el trabajo de la dirección, transmisión y los elementos aerodinámicos y estéticos. A simple vista, es posible reconocerlo por la parrilla en negro, los faldones laterales, el difusor, las salidas de escape, la pintura bitono y los rines de 18 pulgadas.
En el interior, el GR-Sport sobresale por los asientos deportivos con refuerzos laterales y tapicería mixta, así como por las costuras en negro y rojo del cuadro de instrumentos, el volante y la palanca de cambio.
