Está claro que la tendencia del mercado automotor mundial es comercializar únicamente vehículos eléctricos, pero para que esto pase faltan décadas. Así que por mientras los motores de combustión interna se seguirán fabricando para ser equipados en los automóviles convencionales y en los híbridos.
Sin importar que algún día dejarán de venderse, los fabricantes de autos y proveedores continúan desarrollando tecnologías con el objetivo de hacerlos más eficientes en términos de consumo y emisiones contaminantes.
Teniendo en cuenta que una de las soluciones más notables en los motores de combustión son los sobrealimentadores, Garret, reconocido fabricante de turbocargadores, ha desarrollado una innovación que permitirá que los motores turbo a gasolina o diesel sean sumamente todavía más eficientes.
Antes de conocer de que se trata este invento de la compañía fundada por John Clifford Garrett es importante mencionar que los turbocompresores usan la energía desperdiciada que sale del tubo de escape para ser conducida a una turbina.
Esta energía generada por medio del rotor es enviada a través del colector de admisión para la cámara de combustión, y hacerlo llegar a los cilindros. Esto permite generar más potencia, sin necesidad de que los pistones sean más grandes, por lo que a la vez el consumo de combustible es menor.
Utilizar un turbocargador ha permitido a los fabricantes de automóviles usar motores más pequeños y eficientes que ayudan a mejorar la eficiencia del combustible y reducir las emisiones de dióxido de carbono sin comprometer el rendimiento.
Al saber de las ventajas de este concepto básico, Garrett desarrolló el E-Turbo, un turbo compresor de accionamiento eléctrico que permite que sucedan dos cosas nuevas. Primero, el motor eléctrico integrado puede hacer trabajar el turbo para proporcionar un impulso inmediatamente inactivo, eliminando efectivamente el retraso -conocido como turbolag- entre el momento en que un conductor acelera y empieza la aceleración.
Esta electrificación del turbocompresor también elimina las limitaciones de diseño que priorizan la eficiencia de la turbina a bajas velocidades del motor para conducir el compresor. Asimismo, la adición de energía eléctrica para compensar cuando el flujo de aire es bajo, permite usar un turbo más grande y más apropiado para el punto óptimo de operación natural del motor.
En segundo lugar, un turbo eléctrico es fundamental en los sistemas híbridos, ya que el E-Turbo puede recuperar la energía de escape gastada, y de otro modo desperdiciada, mediante el uso de un pequeño motor eléctrico para generar electricidad y recargar la batería híbrida. Esta capacidad de ser un proveedor de electricidad a bordo abre opciones para los fabricantes de automóviles en el diseño de trenes de fuerza híbridos.
En las evaluaciones del turbo eléctrico, Garret encontró que su innovación es superior al turbo de producción actual. Lo más impresionante fue a bajas velocidades del motor (1500 rpm) donde el par objetivo se alcanzó en un segundo frente a 4,5 segundos en el modelo de producción actual.
Igualmente, los resultados indicaron que el E-Turbo tiene el potencial de mejorar el rendimiento básico del motor de manera consistente. Mientras que la potencia nominal aumentó un 16 por ciento, el par aumentó un 10,5 por ciento y el tiempo para pasar de 60 a 100 km/h mejoró de 11 a 8,8 segundos (-25 por ciento).