Si su vehículo cuenta con una transmisión automática, es importante tener hacer seguimiento al nivel y calidad del aceite que permite su correcto funcionamiento.
Este aceite se va deteriorando al alcanzar altas temperaturas, sobre todo si el auto circula frecuentemente por vías de alto tráfico, en las que hay que detenerse constantemente, o cuando se transportan cargas pesadas y al llevar remolques.
En condiciones normales de manejo la temperatura del fluido alcanza los 80°C, rango promedio para el que la mayoría de los líquidos fueron diseñados para operar. Si se mantiene a esa temperatura el fluido puede durar hasta 160,000 km.
Sin embargo, si el auto se somete a trabajos forzados como los mencionados anteriormente y se provocan elevadas temperaturas de operación, el líquido ATF se oxida, cambia de color (se vuelve café) y genera un olor desagradable.
Adicionalmente, el calor destruye las cualidades de lubricar y características del líquido, al mismo tiempo se empieza a formar esmalte en partes internas lo que interfiere con la operación de la transmisión.
Es importante tener en cuenta las indicaciones que se incluyen el manual de fabricante.
Si la temperatura del fluido sobrepasa los 120°C, los sellos de goma se endurecen ocasionando fugas, pérdida de presión y la transmisión comienza a patinarse, lo que agrava aún más el calentamiento, obligando a realizar costosas reparaciones.
Según datos de la Asociación de Reconstructores de Transmisiones Automáticas en Estados Unidos, el 90% de todas las fallas en cajas de cambio son causadas por el sobrecalentamiento y la mayoría de éstas fueron provocadas por líquido viejo o usado que debió haber sido reemplazado.
El momento indicado para cambiar el aceite de la caja automática es determinado por el fabricante, así como por el tipo de caja, según los kilometrajes indicados a continuación: