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Prueba de Manejo

¿Por qué el BMW i3 sigue siendo un auto eléctrico adelantado a su tiempo?

No solo es ágil, divertido y eficiente, sino también tiene huella de carbón positiva en todo su proceso de manufactura

¿Por qué el BMW i3 sigue siendo un auto eléctrico adelantado a su tiempo?

Luego de la vorágine de información que fue el evento NEXTGen de BMW llevado a cabo en Munich, tuve oportunidad de relajarme un poco, previo a mi regreso a casa, en el centro de entrenamiento de la firma bávara ubicado en Maisach, se trata de una antigua base aérea cuyos hangares están camuflados bajo árboles y pasto, para que los aviones de reconocimiento enemigos no fueran capaces de detectar la presencia de una instalación militar.

En las pistas de aterrizaje de dicha base, se dan diferentes cursos de manejo, principalmente enfocados en la conducción segura, o bien, la forma de extraer la mayor diversión de un BMW sin caer en riesgos innecesarios.

Ya he ido a suficientes cursos de estos a lo largo de mi carrera; te enseñan aspectos fundamentales que van desde la posición correcta de manejo, pasando por pruebas de frenado en condiciones de emergencia, evitar un obstáculo a cierta velocidad (la prueba del alce) y normalmente, la mejor parte, es un par de vueltas en un circuito en donde se supone, pones en práctica todo lo aprendido en el curso. Aquí, las hot laps fueron nada menos que tras el volante del impresionante y teatral BMW i8 Roadster.

Sin embargo, la prueba que más disfruté se dio en otro circuito, muy trabado, lleno de curvas cerradas, chicanas, frenadas y un slalom, en él hicimos una prueba cronometrada a bordo del BMW i3 S, el que hasta la fecha sigue siendo el único modelo 100% eléctrico que ofrece la marca. Y que es un modelo que debutó en un ya lejano 2013.

¿Por qué fue el i3, el modelo que más llamó mi atención ese día?

Sea porque aun cuando tuve oportunidad de manejar el i8 Roadster en un circuito más rápido, íbamos bastante controlados. O bien, porque en cuanto a las pruebas de frenado, así como de evasión de obstáculos, aunque las hicimos en un M4 Competition, fueron más una tortura que un disfrute, y es que acelerar máximo a 80 km/h en ese auto fue como manejar una bestia enjaulada.

BMW i8 Roadster

En cambio, el ejercicio en el i3 S con sus 184 hp y 199 lb-pie suficientes para un 0 – 100 km/h en 6.9 segundos fue divertidísimo, por principio de cuentas hay que decir que este pequeño urbano es muy ágil y responde rapidísimo, ese autito con su carrocería de fibra de carbono, en esa pista ratonera se encontraba en su hábitat natural, y francamente, luego de seis años en el mercado, me sigue pareciendo un auto adelantado a su tiempo.

Vale la pena citar que se han vendido poco más de 150 mil unidades desde su debut, pero lo verdaderamente interesante es que aun cuando tiene cinco años y medio en el mercado, las ventas siguen subiendo, de hecho, en mayo de este año la cifra fue 40% mayor al mismo mes de 2018 y si contabilizamos el primer semestre, las ventas crecieron 21.2%. Lo anterior es algo absolutamente atípico en la industria automotriz, comúnmente los autos van disminuyendo sus ventas conforme transcurre el tiempo de su ciclo de vida y no al revés, de ahí que sean tan necesarios los facelifts. Es cierto, el i3 ha tenido actualizaciones, principalmente mayor capacidad de batería, que el año pasado se incrementó hasta los 42.2 kWh (originalmente era de 22.6 kWh), es decir se duplicó.

Aun con lo anterior, siendo honestos, los 100% autos eléctricos siguen siendo un nicho y a menos que seas alguien genuinamente preocupado por el medio ambiente, y con bastantes billetes de sobra, adquirir uno resulta poco viable, por lo menos para la gran mayoría, esto por supuesto si no vives en Noruega o China. Y es que, son bastante más caros que un auto de combustión de tamaño y equipamiento equivalente, la autonomía sigue siendo una preocupación aun cuando ha mejorado mucho y los tiempos de recarga son por lo general, son un dolor de cabeza.

Sin embargo, con todo lo anterior, he de confesar que últimamente, cuando he tenido oportunidad de probar un auto eléctrico, lo he disfrutado… y mucho. Ya sea el Nissan Leaf de segunda generación, pasando por el Chevrolet Bolt, el KIA Soul EV y por supuesto los Tesla particularmente el Model 3 que se percibe mucho mejor logrado que los modelos anteriores.

Pero aun cuando todos ellos son más recientes que el BMW i3, parecen antigüedades frente al ejemplar bávaro. ¿Pero por qué? Bueno, es cierto que, todos ellos son cero emisiones, es decir no emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera, sin dejar de mencionar que son divertidos y de buen manejo, pero por lo demás, en lo general son fabricados como autos convencionales, mientras que el BMW no.

El i3 tiene no solo en su ciclo de utilización, sino en su manufactura una huella de carbono positiva. Y no me refiero únicamente a que la planta se alimente de fuentes renovables, que esto es así también para otros autos. A lo que me refiero es que, todo el tratamiento de los insumos para fabricarlo es amigable con el medio ambiente, desde la fibra de carbono, de la carrocería, pasando por la batería, e incluso el cuero y maderas que son procesados mediante técnicas cuyo impacto ambiental es drásticamente menor, sin dejar de mencionar que también emplea materiales reciclados. Es decir, si de verdad eres alguien preocupado por el medio ambiente, el BMW i3 es quizá el auto más ecológico que exista en la actualidad.

Si a lo anterior, agregamos que es pequeño y muy ágil para las labores de desplazamiento urbanas, pero es espacioso por dentro, muy bien equipado y agradable, se entiende el por qué aun luego de casi seis años sigue siendo un producto muy innovador y propositivo.

 

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