Cuando parecía que México ya no estaba en la mira de Donald Trump, ante la guerra comercial que está teniendo con China, el presidente de Estados Unidos ha vuelto a amenazar al gobierno mexicano, mencionando que impondrá un arancel del 5 por ciento a todas las mercancías procedentes de México a partir del 10 de junio de 2019 hasta que se detenga la inmigración ilegal en la frontera sur.
Este impuesto, que obviamente incluye a la importación de automóviles producidos en México, aumentará gradualmente hasta que se resuelva el problema de la inmigración ilegal, momento en el que se eliminarán las tarifas.
En un comunicado emitido por el gobierno de Estados Unidos, Trump dijo que la tarifa aumentaría a 10 por ciento el 1 de julio, 15 por el ciento el 1 de agosto, 20 por ciento el 1 de septiembre y 25 por ciento el 1 de octubre.
"La cooperación pasiva de México para permitir esta incursión masiva constituye una emergencia y una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y la economía de los Estados Unidos", dijo Trump en el comunicado.
"México tiene leyes de inmigración muy fuertes y podría detener fácilmente el flujo ilegal de migrantes, incluso devolviéndolos a sus países de origen", dijo.
Ante este plan de Donald Trump, las acciones de los fabricantes de automóviles estadounidenses, asiáticos y alemanes se fueron a la baja, situación que potencialmente podría cambiar el modelo comercial de décadas de los fabricantes mundiales.
Y es que durante años, los fabricantes de automóviles han elegido a México como sede de producción aprovechando su posición geográfica, la mano de obra barata y los acuerdos comerciales que tiene con diversos países, entre ellos Estados Unidos.
En contraparte, el gobierno de México a través del presidente López Obrador ha dicho responderán con "gran prudencia" a las amenazas de su homólogo estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a los productos mexicanos que ingresan a Estados Unidos, y pidió a los mexicanos que se unan para enfrentar el desafío.
Igualmente dijo que el ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, tendrá la tarea de convencer al gobierno de Estados Unidos de que las medidas de Trump no redundaban en interés de ninguno de los países.