Después de varios años de fabricar en la planta de Puebla uno de los vehículos más vendidos a nivel mundial, la firma alemana tomó la decisión de retirar el Golf de las líneas de producción mexicanas con el fin de concentrar la fabricación en la planta de Wolfbsburgo, lugar desde donde se importará la siguiente generación del vehículo para su comercialización alrededor del mundo.
Esta decisión fue tomada con el propósito de reducir los costos, así como de unificar a los proveedores de tecnología con los que cuenta Grupo Volkswagen y optimizar la producción de la octava generación, la cual estará llegando en el mes de junio del 2019.
Con esto, Volkswagen planea actualizar el proceso de fabricación, así como de incrementar la producción en un millón de unidades al año, que incluiría a todas las variantes del Golf, incluso para la versión R, que es fabricada únicamente en la planta de Zwickau en Alemania, misma que será sede para ensamblar a la familia I.D, la línea de vehículos eléctricos de la marca.
El hueco que dejará este emblemático modelo sería ocupado por el nuevo Volkswagen Tharu, la nueva SUV compacta que se colocará por debajo de Tiguan, y por encima del T-Cross, modelo que también se planea llegue a México a mediados del año próximo. Aunque se especula también pueda ocupar su lugar algún modelo del conglomerado automotriz, en específico de la marca SEAT, pero esta información aún no ha sido confirmada.
El responsable del área de producción y logística de Volkswagen, Andreas Tostmann, comentó que con este movimiento preveen incrementar su productividad un 25% en todas las fábricas alemanas para 2020: “se necesitan esfuerzos mayores para que la empresa mantenga su competitividad posterior a esa fecha”.
Por otro lado, cabe destacar que, en 2017, Volkswagen construyó alrededor de 790,000 autos en la planta de Wolfsburgo, en donde en el mismo año entregó más de 6,2 millones de vehículos en todo el mundo.