En 1962 el mundo conoció al Mustang I, un pequeño y ágil deportivo conceptual biplaza de inspiración racing impulsado por un motor V4 de 1.5 L con 109 Hp colocado en posición central que sembró la semilla de lo que a la postre se convertiría en la primera generación del famoso pony car de Ford. Sólo que, en el camino, evolucionó en un grandioso Gran Turismo de cuatro plazas impulsado por un V8 colocado al frente del auto, que se ha convertido en leyenda.
Sin embargo, la idea de un deportivo con motor central no fue desechada y a los pocos meses, la firma del óvalo azul presentaba el vanagloriado Ford GT40, un auto ampliamente recordado ya que ganó las 24 horas de Le Mans por cuatro veces consecutivas entre 1966 hasta 1969. Desde entonces, hemos visto un par de reinterpretaciones que tanto en las pistas como en la calle representan el pináculo tecnológico de la firma estadounidense.
Pues bien, con estos antecedentes, no resulta raro que varios coleccionistas alrededor del mundo deseen un ejemplar de los dos mejores deportivos de Ford. Pero ¿qué pasa cuando alguien adora al Mustang y al GT40 con la misma intensidad? Simple y sencillamente, retoma lo mejor de cada uno y crea el Ford Mach 40 un auto digno de las poderosas fusiones vistas en Dragon Ball Z.
Así, que básicamente lo que tienes frente a ti es un proyecto liderado por Terry Lipscomb quien decidió apoyarse en el diseñador Mike Miernik, en el preparador Eckert's Rod & Custom y en el carrocero Hardison Metal Shaping para crear tan singular bicho, que por momentos recuerda vagamente a la idea que había detrás del Ford Mach 2 de 1967.
Estéticamente, este automóvil toma prestados todos los elementos del Mach 1 de 1969, sólo que encontramos algunos extras como las tomas de aire presentes en los laterales, el cofre y cajuela del auto. Mecánicamente, toma el camino de la espectacularidad, ya que el motor elegido para impulsar a este hermoso Frankenstein (mismo que puedes admirar desde el medallón trasero) es un V8 de 5.4 Litros, trasplantado directamente de un Ford GT 2006, sólo que vez de los 550 Hp de fábrica, recibe una serie de modificaciones que elevan la potencia hasta los 850 caballos de potencia…cifra que deja en vergüenza a los 647 Hp del actual GT impulsado por el V6 EcoBoost.
Con todo esto, no resulta raro que Polyphony Digital haya decidido incluir al Mach 40 en la última actualización de Gran Turismo Sport. Así que deseas manejar este monstruo, la única manera de hacerlo es acudir al mundo digital, porque dudo mucho que Terry Lipscomb quiera prestarte su auto para darte una vuelta por la cuadra…por cierto después de ver esto ya no suena tan descabellada la idea de un Corvette con motor central ¿o sí?