Que uno no deja de aprender es cierto. Sin embargo, la rutina de ejercer una actividad puede causar que hasta el trabajo más interesante resulte monótono.
Es fácil imaginar que hay momentos en los que un astronauta a bordo de una estación espacial por muchos años piense “ahí está la luna otra vez” o “qué flojera tener que hacer el reporte del comportamiento de una estrella”.
No se le puede culpar, pues es natural acostumbrarse a situaciones fascinantes que se convierten en rutina.
El quehacer del periodismo automotor no es ajeno a esto y aunque no me canso de agradecer la posibilidad de trabajar en algo que combina mi pasión por los autos y la información, es innegable que existen días en los que se minimiza mi capacidad de sorpresa en alguna prueba de manejo, viaje o presentación.
La semana pasada esto fue transgredido de manera atípica con una prueba de manejo que rompió el molde del protocolo habitual.
No se trató de un vehículo estrictamente novedoso ni el recorrido de una ruta que nos hiciera manejar miles de kilómetros por caminos sinuosos o veloces.
Sin embargo, fue una experiencia que, sin miedo a exagerar, provocó que me sintiera en mis primeros días de trabajo con un enorme apetito por aprender a hacer algo que no sabía hacer.
A palabras tan arriesgadas, vale la pena detallar la experiencia.
Trío de ases
El equipo de Acura nos invitó a vivir un día de actividades con participación de dos elementos ajenos a lo acostumbrado, Nikon y Lo Hecho en México.
Para aprovechar esta combinación, fue ideada la realización de una ruta de manejo en diversos modelos Acura con rumbo a la Ex-hacienda de Chautla en Puebla con la utilización de las cámaras Nikon.
Lo Hecho en México es una organización sin fines de lucro que busca asociarse con marcas de diverso giro para ofrecer un objetivo muy sencillo: dar a conocer lugares en nuestro país con una extraordinaria belleza pero que no son muy populares entre los destinos turísticos más recurrentes.
La participación de Nikon fue sustanciosa y probablemente, esencial para tener una experiencia distinta, pues nos prestaron cámaras pertenecientes a su catálogo con el reto de obtener las mejores imágenes de los vehículos Acura en el destino al que nos dirigíamos. Esto, mientras éramos asesorados por sus expertos y embajadores como Ramsés Pacheco; reconocido fotógrafo en la técnica del light painting.
La Ex-hacienda de Chautla es una instalación digna de museo (de hecho, sirve como uno) que las hizo de albergue en un día lluvioso para realizar una sesión de fotos en la que competimos los periodistas invitados para obtener la mejor imagen que reuniera los elementos de este lugar y los modelos Acura.
Concurso y dinámica
Aquí la diferencia sustancial de la experiencia con esta triada de anfitriones, pues, aunque los concursos de fotografía no son ninguna novedad, personalmente nunca había sido asistido de manera individual por un experto que me aconsejó y corrigió los vicios y errores que mi mediana capacidad de tomar fotografías logra.
El clima actuó un guion melancólico pues la lluvia no dio tregua ni un instante, convirtiéndose en un elemento que obstaculizó y tornó más interesante la competencia.
Los bloques de mármol que sirvieron para ponerse creativos y artísticos alrededor del lago de este hotel en Puebla fueron los modelos TLX, MDX y RDX, que además pudimos manejar en la carretera que conecta la capital y el estado de Puebla.
Una vez caída la noche, Ramsés Pacheco tomó la batuta de las actividades para orquestar su especialidad, la fotografía con pintura de luz con el TLX como elemento principal.
Aunque la técnica para obtener los resultados en este tipo de fotografías es muy conocida, pues ha sido vista en muchas aplicaciones, es asombroso ver de primera mano lo complicado que resulta.
Para tal muestra, algunas de las fotos que mediocremente pude obtener.
¿Qué nos deja esto?
En este tipo de experiencias es complicado identificar rápido cuál es la cosecha y el propósito de de estas invitaciones. A casi una semana de esto, puedo darle una lectura que obedece al sentido mismo de la marca anfitriona en el evento.
¿Qué clase de persona se compra un Acura? En teoría, se dirigen sus productos al mercado premium, sin embargo, ¿cómo puede competir una marca japonesa frente a la histórica supremacía de las marcas alemanas en este segmento?
Como la experiencia misma que narramos en párrafos arriba, considero que Acura ha dirigido sus más recientes lanzamientos a la diferenciación. En cada nivel en el que participa, ha buscado aportar algo novedoso a su segmento. Desde el reingreso del NSX en el escalón más alto de los híbridos deportivos, hasta el competido segmento de las SUVs familiares.
Probablemente, el extenuante día y la inclemente lluvia no hayan sido favorables en el concepto de una experiencia cómoda, sin embargo, puedo decir que esta clase de eventos son -como los autos mismos- un oasis agradable en la cotidianeidad de la oferta en nuestro país.