Antedecentes
A la marca Lincoln siempre se le ha reconocido por presentar al público consumidor una gama de vehículos con un gran nivel de lujo y potencia, pero no era un secreto que se trataba de vehículos Ford más elegantes, ese “rebadge” hizo que los consumidores se sintieran un poco engañados y empezaron a volver la cara –y sus carteras- para adquirir vehículos alemanes o japoneses.
Evidentemente esa preferencia del consumidor llevó a la división Lincoln a severos problemas de ventas, hasta que en 2012, los directivos de Ford Motor Company, encabezados por Alan Mulally –quién reorientó la compañía y la salvó de la bancarrota- decidieron transformar la "División Lincoln" en una compañía llamada Lincoln Motor Company, y cuyas directrices serían distintas a las de Ford. Dentro del agresivo plan para Lincoln en 2012 se decidió establecer un equipo de diseño exclusivo para la marca que lleva el apellido del decimo sexto presidente de EE. UU.
Específicamente hablando del modelo que hoy nos ocupa, el MKC concepto se presentó en el Salón de Detroit en 2013 y el modelo de producción llegó un año más tarde en el marco del Salón de Nueva York, te podemos comentar que está fabricado sobre la plataforma C del conglomerado Ford que también sirve como base a la Ford Escape y al Focus.
Precio $621,900 pesos
Características Técnicas y Mecánicas
Lo primero que hay que resaltar en la MKC es la tecnología que está demostrándole a todos que no creían en los motores pequeños de cuatro cilindros podían ser tan eficientes como los V6 y V8, aquí Lincoln recurre a la magia de la sobrealimentación por un turbocompresor llamada por la marca del óvalo como Ecoboost y que ahora TODOS sus vehículos con orientación deportiva ofrecen un motor con estas características. Específicamente la MKC porta un 2.3 litros, el mismo que porta el Mustang, por ejemplo, que eroga 285 hp de poder, y que nos entrega una fuerza de torque de 300 lb-pie en un régimen relativamente bajo de revoluciones, 2,750 rpm. El motor está acoplado a una transmisión automática tradicional de 6 cambios, además ofrece asistencias como Vectoring Torque y la dirección es eléctrica.
Las dimensiones la posicionan en una clara competencia con las contendientes alemanas y japonesas, ya que la longitud total es de 4,554 mm la anchura es de 1,839 mm, la altura es de 1,605 mm y por último la distancia entre ejes es de 2,715mm. El peso total es de 1,800 kg.
Confort
El Crossover más pequeño de Lincoln está orientado al lujo y a la sensación Premium en su interior es total, está muy bien concebido y logrado, empezando con los insertos de madera en los paneles de las puertas y el tablero, que tienen un acabado mate, a diferencia de otros fabricantes que deciden decorar los interiores de sus vehículos lujosos con terminados brillantes y satinados, ese acabado sin brillo le confiere un toque elegante y con mucho estilo, que se conjuga muy bien con las tapicerías de piel, y con la correcta combinación de plásticos con texturas suaves al tacto.
Como un buen vehículo de talante lujoso, la conectividad y el confort es la premisa, empecemos por describir la pantalla ubicada en el centro del tablero, un “display” táctil de 8 pulgadas, en donde mediante pequeños toques de la yema de los dedos podemos acceder a todas las funciones del equipo de audio, que está dotado del sistema SYNC My Lincoln Touch desarrollado por Microsoft en donde el conductor además de tener el control del teléfono y audio mediante comandos de voz, también puede manipular el sistema de navegación utilizando su voz (cabe señalar que el sistema SYNC es complejo, y requiere de un proceso de adaptación entre el conductor y el vehículo). Además de ofrecer un confort de calidad y lujo la MKC ofrece seguridad activa y pasiva para sus ocupantes, resaltando las siete bolsas de aire, frontales, laterales, de cortina y rodillas, el sistema de monitoreo de punto ciego. Un detalle que se agradece enormemente, es la posibilidad de abrir la compuerta trasera con tan solo pasar el pie por debajo de la fascia, en caso de tener las dos manos ocupadas, el vehículo detecta la acción y como si el portador del transponder dijera las famosas palabras “Ábrete Sésamo” la MKC abre grácil y eléctricamente la zona de carga
Manejo
Cuando uno se acerca al vehículo, portando la llave inteligente, esta detecta nuestra cercanía y al estar a unos cinco metros la MKC nos da la bienvenida, encendiendo las tiras de LED de la óptica principal, y además proyectando un “tapete” lumínico en el piso con el emblema de la marca, un detalle que se agradece, sobre todo en estacionamientos oscuros.
Para dar vida al Ecoboost de 2.3 litros solo hay que presionar un botón en la parte alta del tablero, en ese justo momento, los diales del cuadro de instrumentos “aparecen” ante nuestros ojos, ya que siguiendo la tendencia actual el “cluster” es totalmente virtual, y si bien son dos magnificas representaciones de los instrumentos análogos tradicionales. Otro aporte interesante que hace la MKC es el selector de velocidades de la transmisión, ya no tiene una palanca selectora en la columna de la dirección o entre los asientos, hoy nos ofrece una botonera, que hay que presionar las teclas P, R, N, D y S, según la selección requerida, así es que para emprender la marcha hay que pulsar dos botones nada más.
En el camino se siente inmediatamente el poder el Ecoboost, la aceleración es constante, el trabajo de la transmisión es suave y la sensación de las 300 lb pie de torque están presentes en prácticamente toda la banda de revoluciones, y el escalonamiento es bueno, si uno decide pulsar el botón “Sport” de la transmisión, el cambio es notorio, ya que la respuesta del acelerado es más contundente, los cambios se hacen casi en la zona roja del tacómetro, y el conductor también puede elegir hacer los cambios de forma manual, con las paletas en el volante (cosa que es realmente innecesaria). Gracias a la tracción integral y el “Roll Stability Control” el aplomo es notorio, y si uno quiere llevar la MKC a limites de manejo deportivo reservados por ejemplo a un Mustang, no nos defraudará, puede andar realmente rápido, y el conductor se sentirá seguro, solo que el consumo será muy alto, ya que por regla general los motores turbocargados suelen ser sedientos, si se abusa del pedal de acelerador.
Conclusión
Sin dudarlo la MK-C está reposicionado a la marca Lincoln en el mercado, y está llegando a un cliente objetivo mucho más joven y dinámico al que se compra una Navigator, por ejemplo. El diseño, las cotas de poder, el estilo y el comportamiento dinámico la colocan frente a frente a rivales que antes ni en sueños Lincoln pensó con los que podría competir, y me refiero a la Q5 de Audi, a la X3 de BMW, o a la ya veterana y apunto de recibir su actualización, la Mercedes-Benz GLK, por citar a las mas representativas de ese segmento.
Una compra inteligente, ya que está llena de estilo, propuesta y desempeño
Lincoln MKC a prueba