¿Qué mejor forma de iniciar el último mes de 2025, que con un interesante reto? Jaecoo nos convocó para tomar parte en un viaje de tres días de la Ciudad de México a San Antonio, Texas, en el que tendremos que cubrir los más de 1,350 kilómetros de camino con un solo tanque de gasolina y una recarga al 100% de la batería, a bordo de una Jaecoo 7 SHS.
El resumen, la tecnología SHS (Super Hybrid System), como Jaecoo llama a su propulsor híbrido enchufable (PHEV), se compone de un motor de gasolina de cuatro cilindros 1.5L turbocargado, que genera 143 caballos de fuerza y 158 libras-pie de torque. Este bloque de quinta generación incorpora tecnologías como Ciclo Miller y sistemas electrónicos de alta eficiencia para la combustión, la gestión térmica, el trabajo de turbocargador e incluso, los gases resultantes.

Se acompaña por dos propulsores eléctricos, que se alimentan con una batería de litio y ferrofosfato de 18.3 kWh y gestionan, junto con la transmisión DHT 150, la entrega y recuperación de la energía. Con ello, la potencia total del conjunto queda en 201 caballos de fuerza y el torque es de 229 libras-pie.
En cuanto a la autonomía totalmente eléctrica, Jaecoo afirma que es de 150 kilómetros, mientras que la batería puede conectarse a un cargador rápido, para recuperar la energía en sólo 20 minutos, además de contar con la tecnología V2L, que nos permite conectar elementos externos al vehículo.
De camino a San Luis Potosí

El primer día de recorrido nos llevó de Zona Esmeralda, en el Estado de México, a la ciudad de San Luis Potosí, en un recorrido de 395 kilómetros, que no suenan a mucho, pero el intenso tráfico y dos severos atorones de tráfico, nos llevaron a cubrir la ruta en poco más de 7 horas.
Antes de arrancar el reto, la marca nos informó que la velocidad mínima a la que debíamos circular eran 70 km/h, principalmente por un tema de seguridad en la carretera y, además, porque este tipo de motorizaciones trabajan en su punto óptimo entre 70 y 90 km/h, así que estuvimos rondando 80-85 km/h, sin aire acondicionado (bajando a veces un poquito las ventanillas) y siendo muy cuidadosos con el acelerador, nada extremo, pero si muy enfocados en la eficiencia.
El tanque de gasolina fue llenado hasta el tope y luego sellado, para garantizar que no hay forma de poner más combustible.

Una de las ventajas de un vehículo PHEV es que al tener el cargador, por la mañana la batería estará cargada al 100%, lo que significa que el sistema antepondrá el tren eléctrico sobre el motor de combustión interna, y así fue el primer tramo del recorrido. La Jaecoo nos permitió ir en modo EV hasta que le quedaba 35% de la carga, donde forzosamente activa el modo híbrido, pero para ese momento ya habíamos pasado la caseta de Palmillas, lo que significa que, en carretera, obtuvimos unos 133 kilómetros siendo impulsados sólo con energía eléctrica.
El resto del camino fue un juego de ir tratando de utilizar la energía para mover el auto y regenerar electricidad, por lo que en cuanto la batería volvía a llegar a 38-40%, pasábamos a modo EV, para salvar gasolina al máximo.
El sistema funciona tan bien, que en un tramo de 42 kilómetros, apenas bajamos 12 kilómetros del cálculo de la autonomía del tanque de gasolina, promediando 26 kilómetros por litro.

Los dos intensos tapones de tránsito a los que nos enfrentamos, el más largo duró casi 2 horas, fueron un reto más para la paciencia, que para la camioneta, pues cuando está detenida, no consume nada de energía (salvo que tengas el aire acondicionado encendido) y en los arranques siempre lo hace con el motor eléctrico, por lo que ese paso lento nos ayudó a no quemar gasolina.
Al final de este primer día, llegamos al hotel en San Luis Potosí con 35% de la batería (que es prácticamente el mínimo al que permite la camioneta que esté) y 932 kilómetros de autonomía en el tanque de cobustible.
El reto es cubrir los 1,352 kilómetros hasta la meta final en San Antonio sin repostar, pero en realidad, la meta es más ambiciosa y se busca superar el récord mundial (marcado hace unos meses en México) de 1,613.1 kilómetros, por lo que es muy probable que tengamos que ir hasta Austin y luego volver a San Antonio.
