Ringbrothers, la casa de Wisconsin especializada en transformar muscle cars clásicos en piezas de arte automotriz, regresó a SEMA 2025 con una creación que parece escapada de una película de acción: el Kingpin, un Ford Mustang Mach 1 de 1969 reinterpretado con 800 caballos de potencia y una presencia tan amenazante como elegante.
El Kingpin es una reinvención total que combina ingeniería moderna con la esencia del Mustang original. El corazón de esta bestia es un V8 Coyote 5.0 litros preparado por Wegner Motorsports y sobrealimentado por un Whipple supercharger, capaz de superar los 800 hp, acoplado a una transmisión manual de seis velocidades firmada por Bowler Transmissions. El rugido proviene de un sistema de escape Flowmaster Super 44 Series, diseñado para sonar tan intimidante como su nombre.

Al exterior, el Kingpin lleva el concepto de “músculo refinado” a otro nivel. La carrocería fue ensanchada dos pulgadas al frente y 3.5 atrás, con un chasis alargado para lograr una postura más agresiva. La pintura negra profunda se combina con detalles verdes en las pinzas de freno y emblemas, mientras que el toque distintivo está en el logotipo de ajedrez, una pieza tridimensional que representa la corona del “rey”.
Los detalles en fibra de carbono dominan el exterior, sobre todo en el cofre, splitter, difusor y molduras, todos diseñados para reducir peso y mejorar la aerodinámica. Incluso las calaveras fueron impresas en 3D, conservando el diseño clásico de tres franjas verticales, pero con una función moderna de ventilación.

El interior mezcla cuero negro, acentos verdes, piezas mecanizadas en aluminio y un volante de carbono triturado con una marca a las 12 en punto. Los asientos presentan una franja central de tela moteada, y el toque final es una palanca de cambios con detalles en verde, para recordar que cada cambio de marcha puede despertar al “Baba Yaga” del asfalto.
Con más de 5,500 horas de trabajo, el Ringbrothers Kingpin reafirma el estatus de ícono de Mustang.
