
Después del brutal Mustang GTD, Ford podría estar cocinando un superdeportivo todoterreno de 1,000 caballos de fuerza con una misión clara: conquistar el Rally Dakar, la carrera más dura del planeta.
Aunque la marca regresará a la máxima categoría como socio técnico de Red Bull Powertrains en 2026, el directivo confesó que su verdadera obsesión es diferente: “Quiero ganar el Dakar más que la Fórmula 1”.
El proyecto apunta a un halo car parcialmente eléctrico, totalmente digital y con tracción integral, colocado en la cima de la gama 4x4 de la marca, por encima del Bronco Raptor y la F-150 Raptor R. Su precio, según Farley, rondaría los 300,000 dólares, al nivel del Mustang GTD, y con una producción muy limitada.
Aunque los detalles mecánicos siguen bajo llave, todo indica que el superdeportivo podría tomar como base el V8 supercargado de 5.2 litros del Mustang GTD, que ya entrega 815 hp sin ayuda eléctrica. Con un sistema de hibridación, la cifra subiría hasta la barrera de los 1,000 hp, algo nunca visto en un vehículo pensado para arena, grava y dunas a alta velocidad.
Farley aseguró que nadie ha construido un superdeportivo diseñado desde cero para tierra y desierto. Modelos como el Porsche 911 Dakar o el Lamborghini Huracán Sterrato ofrecen una interpretación más radical de autos deportivos en ambientes off-road, pero Ford quiere ir mucho más lejos: crear el primer supercoche nacido para competir en el Dakar.
Por su planteamiento, este futuro modelo podría integrarse a la familia Mustang, como un contraparte off-road del GTD, aunque con un enfoque mucho más extremo y aventurero.
Si llega a producción, estaríamos hablando de una pieza de colección con menos de 300 unidades fabricadas. Un juguete para millonarios, sí, pero con ambiciones mucho más serias: demostrar que Ford puede llevar el ADN del Mustang al desierto y poner su nombre en lo más alto del Dakar Rally.
La batalla en las dunas apenas comienza, y Ford quiere escribir un capítulo inédito en la historia de los superdeportivos.