Nissan GT-R50 Italdesign: una de las joyas más raras y caras de la saga GT-R vuelve a subasta

Basta recordar el Nissan GT-R R33 Nismo 400R vendido por 700,000 libras (casi 18 millones de pesos mexicanos) hace un par de años, o el legendario R34 Z-Tune que en 2022 rozó el millón y medio (más de 38 millones de pesos mexicanos).

Pues bien, ahora otro unicornio se une a esa lista: un Nissan GT-R50 by Italdesign, con apenas 193 km recorridos.

Este mismo ejemplar ya había salido a la venta en 2023, con una estimación cercana al millón de libras (más de 25 millones de pesos mexicanos). No se concretó la operación, pero ahora reaparece en la plataforma Collecting Cars bajo un sistema de pujas selladas, lo que significa que el precio final solo se conocerá si el comprador decide hacerlo público.

Bajo su carrocería única diseñada por Italdesign, el GT-R50 comparte la base mecánica con un Nissan GT-R Nismo R35 de 2020, pero con esteroides. El V6 biturbo VR38 de 3.8 litros recibe pistones reforzados, inyectores de mayor volúmen y un escape más libre, elevando la potencia hasta 710 caballos y 575 libras-pie de torque. La suspensión corre por cuenta de amortiguadores Bilstein ajustables manualmente.

Este coche en particular es la unidad número 11 de una producción que se quedó en apenas 18 unidades, a pesar de que el plan inicial era fabricar 50. La baja demanda y el golpe de la pandemia al inicio de la producción truncaron esos planes.

En su momento, el precio base arrancaba en 990,000 euros (unos 21 millones de pesos mexicanos), y eso antes de agregar opciones. Este ejemplar equipa un alerón trasero activo y detalles estéticos inspirados en Nismo, lo que habría elevado aún más la factura final.

El GT-R50 no estará solo en la subasta: compartirá espacio con piezas igual de codiciadas como un Lexus LFA, varios Ferrari y un Porsche 911 restomod Tuthill SCRS inspirado en un coche de competición de 1974.

Con tan pocas unidades producidas, un diseño exclusivo y un rendimiento de superdeportivo puro, este GT-R50 es el tipo de auto que no solo se maneja, se atesora.

 Y aunque esta vez tampoco sepamos su precio final, lo cierto es que quien se lo lleve tendrá en su garaje una de las interpretaciones más extremas y escasas del mítico Godzilla.