El Morning Midas, un carguero que transportaba cerca de 3,000 vehículos —incluidos 800 eléctricos— se hundió este 23 de junio en el Océano Pacífico, a unos 360 millas náuticas de tierra firme, en aguas de más de 5,000 metros de profundidad.
El fuego comenzó el 3 de junio, con columnas de humo saliendo del sector de la nave que transportaba los EVs. El barco navegaba cerca de la cadena de islas Aleutianas, y según las primeras investigaciones, todo apunta a que el incendio se originó justamente en la cubierta donde estaban los autos eléctricos.
Las baterías de ion-litio, aunque seguras en condiciones normales, pueden incendiarse si sufren daños o cortocircuitos, y todo indica que uno o más paquetes de baterías desataron el caos.
La tripulación no logró contener el fuego y abandonó la nave poco después, quedando el Morning Midas a la deriva y consumiéndose lentamente.
La empresa operadora, Zodiac Maritime, confirmó este lunes que el daño causado por el incendio se agravó con el mal tiempo, permitiendo que el agua ingresara en la estructura del barco hasta provocar su hundimiento total a las 16:35 (hora local UTC -9).
En su momento, Zodiac había informado que ya se estaba trabajando con autoridades y remolcadores para intentar tareas de salvamento y contención del fuego, pero claramente no fue suficiente.
Este incidente revive los debates sobre los riesgos asociados al transporte masivo de vehículos eléctricos por mar. Aunque los incendios en buques cargueros no son algo nuevo, el comportamiento impredecible de las baterías de alta capacidad representa un nuevo desafío para la seguridad marítima.
Por ahora, ni Zodiac ni las autoridades han detallado qué marcas o modelos iban a bordo. Aunque un reporte de Bloomberg indica que, entre otras marcas, transportaba autos de Chery Automobile Co. y Great Wall Motor Co. Hacia México.
Pero más allá del costo económico, la atención se centra ahora en el impacto ambiental de miles de vehículos con plásticos, aceites, químicos y baterías reposando en el fondo del océano.
