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La avalancha de autos chinos en Brasil pone en jaque su industria: ¿México está listo?

Las similitudes entre ambos mercados nos hacen cuestionar si hay que ponernos en alerta.

La avalancha de autos chinos en Brasil pone en jaque su industria: ¿México está listo?

Brasil está en la mira de la industria automotriz china. A fines de mayo, el buque portacoches más grande del mundo, con capacidad para 20 canchas de futbol llenas de vehículos, atracó en el puerto de Itajaí, cargado de autos eléctricos fabricados en China.

Para muchos, este arribo representa un avance tecnológico. Para otros, una amenaza directa a la industria automotriz nacional.

El protagonista principal es BYD, el mayor fabricante mundial de autos eléctricos e híbridos enchufables, que ha desplegado una flota de cargueros para inundar mercados clave, con Brasil como objetivo número uno.

Según datos de Reuters, sólo en lo que va del año han desembarcado más de 22,000 vehículos BYD en puertos brasileños.

En un mercado aún inmaduro en cuanto a movilidad eléctrica, los autos chinos ofrecen una propuesta tentadora: precios accesibles en comparación con modelos de marcas tradicionales.

Pero esa ventaja está generando incomodidad en la industria local. Asociaciones gremiales y sindicatos denuncian que el aluvión de importaciones chinas amenaza con frenar la producción nacional y, con ello, destruir empleos.BYD Dolphin Mini

A pesar de que el gobierno brasileño ha empezado a reintroducir aranceles a la importación de EVs, los incentivos actuales permiten a marcas como BYD importar sin pagar impuestos por cientos de millones de dólares en vehículos hasta mediados de 2025. Esto ha llevado a un llenar almacenes antes de que se endurezca el marco regulatorio.

La promesa de que los chinos invertirían en fábricas locales también empieza a diluirse. El caso más emblemático es el de la planta de BYD en Bahia, instalada en una antigua fábrica de Ford. La producción, que debía comenzar pronto, se postergó hasta fines de 2026 por investigaciones sobre abusos laborales.

Mientras tanto, no hay evidencia de contratos firmados con proveedores locales, lo que alimenta las dudas sobre el compromiso de largo plazo con la industria brasileña.

Mientras tanto, el mercado sigue dependiendo de autos chinos: más del 80% de los EVs vendidos en Brasil son importados desde China.

Ante esta situación vale la pena poner atención a lo que está pasando en el mercado mexicano, pues pareciera un presagio de lo que puede pasar en territorio nacional.

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