El mercado automotriz en México está dando señales confusas. Por un lado, las cifras acumuladas de enero a mayo de 2025 muestran un crecimiento del 0.9% en las ventas de autos nuevos comparado con el mismo periodo del año pasado. En total, se han vendido poco más de 593 mil vehículos ligeros, lo cual podría interpretarse como una recuperación estable.
Sin embargo, cuando se observa el desempeño más reciente, la situación se complica. Mayo cerró con una caída del 0.4% interanual, marcando el segundo mes consecutivo a la baja. Esto puede parecer poco, pero en un sector tan competitivo y sensible al contexto económico, son señales que no se pueden ignorar.
Uno de los factores que más está inquietando a la industria es el crecimiento de los autos chinos en el mercado nacional. México se ha convertido en el principal importador mundial de vehículos fabricados en China, lo que está comenzando a generar dudas sobre el futuro de la manufactura automotriz local.
Si bien estos vehículos ofrecen precios atractivos y buena tecnología, su entrada masiva podría desplazar producción nacional y presionar aún más a las fábricas establecidas.
En este escenario, la industria se debate entre un crecimiento lento pero constante y amenazas externas que podrían cambiar el equilibrio del mercado. Todo esto ocurre mientras el consumidor sigue enfrentando altas tasas de interés y un poder adquisitivo limitado, lo que frena decisiones de compra importantes como la de adquirir un auto nuevo.
Así que sí: hay avance, pero también hay alerta. Y lo que ocurra en los próximos meses podría marcar el rumbo del sector por varios años más.
Esta situación a seis meses de iniciado el año, puede detonar una bola de nieve que será difícil de parar y si hablamos de la incertidumbre provocada por los aranceles impuestos por la administración Trump… la situación no luce mejor.
