El Mini Cooper se ha convertido en todo un auto pensado para disfrutar, tal vez no es el más práctico, el más veloz o el más amplio, pero sin duda alguna es uno de los autos más emocionales y divertidos que podamos comprar para usar a diario sin los compromisos comunes de un deportivo tradicional. Ahora en su versión convertible todo lo anterior se puede seguir disfrutando, pero a cielo abierto.
Estilo, puro estilo
Si algo ha hecho destacar al Mini Cooper es su diseño. A pesar de haber evolucionado mucho e incluso ser casi el doble de grande que el modelo original, sus proporciones y diseño base se han mantenido fieles a la esencia de aquel producto. En esta nueva generación todo sigue ese camino, pero con un claro toque de modernidad.
Los faros LED circulares, un nuevo diseño de parrilla, rines más llamativos, acentos de color en zonas clave, calaveras ligeramente ovaladas y una silueta ligeramente cuadrada terminan por complementar a este pequeño gran juguete.
El nuevo modelo convertible estará disponible en tres versiones: el Cooper Convertible C, S y John Cooper Works. El modelo que pudimos manejar fue justamente el intermedio, el “S” que me parece que tiene un balance ideal de desempeño, comodidad y diseño.
Tal vez lo único que extrañé de este modelo son las clásicas salidas de escape centrales que tenían estas variantes, pues ahora, como un Mini tradicional, las puntas van escondidas detrás de la defensa trasera.
El truco principal de este pequeño auto está en la capacidad de quitar su techo de lona de forma eléctrica. Este proceso le toma 18 segundos y puede hacerlo mientras el auto está en movimiento siempre y cuando no rebase los 30 km/h.
Normalmente, este tipo de sistemas castiga bastante el peso del auto, pero afortunadamente, Mini encontró la forma de mantener el peso bajo, por ello solo suma 40 kg en esta versión frente a un Cooper hatch tradicional.
De igual forma, si colocamos el techo sobre el auto, su cajuela crece en capacidad por 5 litros, sin embargo, si quitamos el techo, la cajuela pierde volumen y queda en 160 litros de capacidad, lo suficiente para llevar un par de maletas de mano.
Interior con mucho estilo, buenos materiales y personalizable
Por dentro el Mini Convertible lleva el diseño base que hemos visto en esta nueva generación, es decir, minimalismo al máximo, desapareciendo el cuadro de instrumentos y pasando toda su información a la pantalla central circular de 9.4”. Por un lado es más fiel al diseño original, pero por otro, hace toda esta información y muchas otras funciones solo accesibles a través de la pantalla. realmente complicando su operación en algunas ocasiones.
Los materiales se componen de plásticos duros, algunos insertos suaves, pero también muchos elementos cubiertos en telas con diferentes colores que realmente le dan un look muy amigable, pero también fresco.
Como todo buen Mini, muchos de estos colores son personalizables y pueden darnos un auto que vaya más cercano a nuestro gusto. A grandes rasgos todo se siente bien y en su lugar, e incluso con un techo de lona, el aislamiento de sonido está suficientemente bien logrado para viajar cómodo en la ciudad, claro no tan silencioso como un Cooper tradicional, pero sí lo suficiente.
Manejo divertido, pensado para disfrutar
A nivel manejo el Mini Cooper Convertible está pensado para disfrutar manejar y disfrutar el camino. Dejemos en claro que no persigue ser un deportivo primero, su negocio está en darnos la velocidad, respuesta y agilidad adecuada para disfrutar el momento y no para sacar los mejores tiempos de vuelta que podamos.
En esta versión “S” su motor sigue siendo el cuatro cilindros turbo de 2.0 litros con 204 hp y 221 lb-pie de par, suficiente para hacerlo llegar de 0-100 km/h en 6.9 segundos. Con ello disfrutamos de una aceleración divertida y un sonido bastante agradable, pues además de que se hace buen trabajo con el motor y escape, al estar a cielo abierto, podemos escuchar perfectamente el trabajo del turbo.
La dirección tiene el peso ideal y como buen Mini, reacciona muy rápido a cualquier comando. Teniendo en cuenta el tamaño y la tradicional rigidez de los Mini es fácil sentir algunas vibraciones y también los detalles del camino. Tal vez no tanto como antes debido a que estos modelos ya llevan llantas tradicionales y no runflat, pero sin duda alguna, la pisada es más firme de lo tradicional para este segmento.
Llevarlo en carreteras y caminos de montaña con muchas curvas es algo de lo mejor, la agilidad y trabajo de motor, más transmisión realmente te permiten pasar ratos buenos a bordo.
Tal vez para esta versión hubiera sido bueno seguir manteniendo las paletas detrás del volante, sin embargo, la marca nos dejó en claro que de sus clientes, solo una mínima cantidad de personas usan estos elementos en el Mini convertible. Por ello decidieron eliminarlas y solo reservarlas para el John Cooper Works.
Si solo quieres disfrutar es difícil equivocarse con un Mini Convertible
Como auto 100% recreativo con una capacidad realmente útil de usarlo para diario y con un toque extra de refinamiento, el Mini Cooper Convertible 2025 cumple sin problema alguno con todos sus objetivos.
Especialmente cumple su trabajo de ser muy bueno en todo lo anterior en sus variantes C y S, pues el John Cooper Works sin duda alguna será mucho más rabioso, pero también sacrificará un poco más de comodidad por llevar una puesta a punto ideal para pruebas más especializadas.
Mientras tanto esperamos unos meses más a que la marca anuncie los precios y detalles de esta variante para nuestro país, que seguramente llegará hacia la primera mitad de 2025 a México.