Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y candidato por segunda vez a la presidencia, tuvo un evento en el estado de Wisconsin hace unas horas y como parte de su discurso y promesas de campaña, ha atacado de nuevo a la industria automotriz mexicana. En este caso su amenaza estipula aplicar un aumento del 200% a los impuestos para permitir que los autos hechos en México puedan exportarse a los Estados Unidos.
Anteriormente había hecho lo propio amenazando con un aumento del 100%, sin embargo, en esta ocasión dobló la cantidad. Acorde a él, esto generaría un aumento de empleos en Estados Unidos al “motivar” a las empresas extranjeras y locales a colocar más plantas en suelo estadounidense.
Durante otras entrevistas dijo cosas cómo: “Los trabajadores americanos ya no se preocuparán por perder sus trabajos ante otras naciones. Las otras naciones temerán el perder su trabajo ante los americanos. Las compañías alemanas, pueden volverse americanas. Podemos vencer a China en la producción de elementos electrónicos —probablemente refiriéndose a manufactura de dispositivos electrónicos y autos eléctricos—. Las empresas que nos han dejado, regresarán corriendo a nuestros puertos.”
Continuó diciendo que que Estados Unidos les dará a las empresas los impuestos más bajos, los costos de energia más bajos y la menor cantidad de burocracia para que puedan tener un acceso libre al “mejor y más grande mercado” del planeta, pero solo si fabrican sus productos en estados unidos y contratan a trabajadores estadounidenses.
Esto implica que no solo será una medida para frenar la entrada de autos chinos desde México, en caso de que estas marcas coloquen sus plantas en nuestro país. De forma indirecta también afectará a las propias marcas estadounidenses como General Motors, Chrysler y Ford que llevan décadas produciendo vehículos en nuestro país que justamente abastecen al mercado estadounidense y muchos otros.