Bugatti habla sobre su nueva plataforma para el Tourbillon

La plataforma, chasis o el bastidor es una de las partes más importantes de cualquier automóvil, principalmente si hablamos de hypercars, pues es el esqueleto del auto, su base y en gran parte la responsable del desempeño dinámico del modelo. Es por ello que Bugatti no se tomó a la ligera el desarrollo de la plataforma del Tourbillon.

Tras 20 años de utilizar la misma base para el Veyron y el Chiron, la marca francesa sabía que era momento de ir un paso más allá y diseñar una plataforma totalmente nueva, es por ello que el Tourbillon no comparte ni una sola pieza con sus antecesores, además de que ahora cuenta con un motor híbrido.

Este fue uno de los principales retos para los diseñadores e ingenieros, pues si bien es un coche grande, repartir los pesos, gestionar el enfriamiento y colocar todo en el lugar indicado es primordial en un deportivo de más de 1,000 caballos de fuerza.

El frontal acoge 5 de los 8 radiadores del auto, así que también necesita un trabajo muy específico para no interferir con las suspensiones, la dirección y los dos motores eléctricos, que impulsa a las ruedas delanteras (eAWD).

Detrás de ellos en forma de T, y cruzando todo el habitáculo, está el paquete de baterías de 24 kWh, que recurrió a este diseño tradicional para optimizar el espacio y la habitabilidad de la cabina (y aprovechar que ya no hay cardanes para llevar la potencia el eje delantero). El paquete está colocado en una carcasa que es parte integral del chasis, entrega 800 hp a los motores eléctricos y puede mover al auto por sí sola durante 60 kilómetros, cuando está cargada al 100%.

La parte trasera es literalmente un exacto juego de tetris, pues el motor V16 (que perdió los 4 turbos) tubo que se movido un poco hacia adelante, para dar cabida al tercer propulsor eléctrico, que va a acoplado al de gasolina. También el tanque de la gasolina tuvo que ser modificado y el difusor está integrado a esta plataforma, al igual que una carcasa protectora antivuelco.

Si lo vemos desnudo, el Tourbillon parece un auto sacado de una película de Mad Max, con su plataforma negra totalmente fabricada en fibra de carbono, donde destacan algunas piezas de aluminio, así como las enormes ruedas descubiertas.

En realidad estamos frente a una obra de arte de la ingeniería, el diseño y los materiales modernos, una base que seguramente estará en el mercado (e inspirará a otros fabricantes) durante, al menos, otros 20 años.