A los 100 años de edad falleció John Goodenough, quien en 2019 obtuvo el premio Nobel de Química 2019 en reconocimiento por su visionario trabajo en el desarrollo de la batería de iones de litio, misma que hoy está en plena expansión gracias al auge de los vehículos eléctricos.
Nacido en Alemania y criado en los Estados Unidos, dedicó su vida a la investigación científica, siendo miembro del Lincoln Laboratory del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) durante 24 años, luego como profesor en la Universidad de Oxford por 10 años y finalmente siendo miembro de la Universidad de Texas durante 37 años, toda una carrera.
En sus inicios, las baterías de litio eran un problema por su inestabilidad. Tras estudiar muchos óxidos metálicos, en 1980 Goodenough identificó y desarrolló el óxido de cobalto como el material de elección para el cátodo de las baterías de iones de litio, algo que permitió que en 1991 Sony comience a comercializarlas y que hoy en día estén en casi todos los dispositivos portátiles y automóviles eléctricos.
Goodenough fue lo suficientemente bueno para merecer ser la persona de mayor edad en recibir un premio Nobel cuando compartió el premio con el equipo que lo acompañó en gran parte de sus descubrimientos, conformado por el científico estadounidense nacido en Gran Bretaña Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino.
Hace pocos años también contribuyó al desarrollo de una batería de iones de litio de estado sólido que supera a las baterías de iones de litio en densidad energética, rango de temperatura operativa y seguridad.
Goodenough y su esposa, Irene, estuvieron casados durante 70 años hasta que enviudó en 2016. Este químico será recordado como uno de los artífices principales en la transformación tecnológica que hoy nos permite llevar la energía donde vayamos.
John Goodenough