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Motor de arranque: Quién es premium, lujo y generalista

Motor de arranque: Quién es premium, lujo y generalista

El que visite Alaska por primera vez, probablemente su primera impresión sea la de que todo es blanco. Y tendrá razón en parte. Pero de acuerdo con gente que trabaja con colores, como la diseñadora estadounidense de interiores, Brigette Romanek, hay alrededor de 900 tonos distintos de blanco. Lo menciono porque en la sociedad dividida en la que vivimos hoy, la mayoría parece pensar que solo existe blanco y negro, sin matices entre ellos que hagan la vida más interesante. No solo políticamente, también en el mundo de los coches hay divisiones y una de ellas es sobre el concepto de “Premium” y quién merece o no usarlo.

La Real Academia Española define el término “prémium” (así, con tilde) como un anglicismo de origen latino que significa algo de una categoría superior. Y creo que esto, en general, es una definición aceptada por la gran mayoría. El detalle es que no estamos tomando en consideración la escala de grises.

Imaginemos un gran avión comercial, digamos un Airbus A380, a punto de hacer un vuelo entre la Ciudad de México y Dubai. Cualquiera de sus cerca de 500 pasajeros ya son parte de una élite con capacidad económica suficiente para hacer un viaje que no es nada barato. Comparados a la gran mayoría de la población, estos ya podrían ser considerados “Premium”. Sin embargo, alrededor de 50 pasajeros volarán en clase ejecutiva, con asientos más anchos, que se acuestan completamente, tienen mejor sistema de entretenimiento, un servicio más cuidado, mayores y mejores opciones de alimentos y bebidas, además del privilegio de abordar y desembarcar antes, entre otros. Comparados a los que viajan en clase turista ellos serían “¿Más premium”?. Si es así sería más complicado definir a los cinco o seis que vuelan en primera clase, que muchas veces llegan al avión directamente desde un auto, sin ni siquiera tener que formarse en la fila para abordar. De igual manera descienden del avión al llegar a su destino, arribando a una terminal exclusiva y siendo atendidos por migración y aduana también en un área a la que muy pocos tienen acceso.

Pero las cosas pueden ser incluso más complicadas.

El mundo es elitista

Dentro de los mismos 500 pasajeros de nuestros imaginario Airbus, hay otra categoría más, que en muchos casos es llamada “turista plus”. Sus asientos son igual de anchos pero con más frecuencia tienen un poco más de espacio para las rodillas, tal vez algunos ángulos más de inclinación y a veces tienen también privilegios como entrar antes a la cabina. ¿En qué categoría los encajamos ¿“Premium inferior”?.

Nos guste o no, el mundo es elitista. El que anda en auto es élite comparado al que no puede hacerlo. El que tiene casa propia también es visto de esa manera. Entonces, intentemos ver cómo funciona esa clasificación de los autos, según sus marcas.

Digamos que las marcas de volumen son los pasajeros de clase turista. Pueden viajar, pero no de la misma manera. Aquí tendríamos a la mayoría de la marcas como Chevrolet, Dodge, Volkswagen, Renault, MG, Chirey y otras. En la clase ejecutiva estarían las Premium: Mercedes -Benz, BMW, Audi, junto con Lexus, Acura, Infiniti, Volvo, Genesis, Lincoln, Cadillac y unas pocas más. En la primera clase están las de lujo: Rolls Royce, Bentley, Bugatti, Ferrari, Lamborghini y algunas otras exóticas. Aún no es todo. Entre las Premium y las de lujo hay espacio para Porsche, Jaguar y Maserati, por ejemplo. Entre las de volumen y las Premium, se ubicaron en el pasado Mercury y Oldsmobile, por ejemplo, mientras que hoy está Subaru y otras que intentan ubicarse en ese espacio, como Cupra, Peugeot y Mazda. La pregunta es, si esas marcas están debajo de las premium, aunque arriba de las generalistas, ¿Merecen usar el adjetivo “premium”?. Depende de la definición que se use.

Volviendo a la Real Academia, ser prémium es pertenecer a una categoría superior y en este caso, Subaru, Cupra, Mazda y Peugeot, por ejemplo, tienen derecho a reclamar ese “título”. En inglés, Premium es un bono, un premio, un extra que se recibe por un servicio o en un producto y también en este caso, pienso que esas marcas sí pueden definirse como premium. El detalle es que el mercado, en especial el mexicano, lo ve de otra manera. Para nosotros ser Premium es todo lo que es igual o superior a las tres alemanas. Y esto, incluso Subaru, Cupra, Peugeot y Mazda, saben que no lo son.

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