Debido a la grave escasez de microchips que ha provocado la detención de las líneas de producción de las plantas, y esto a su vez ocasionando la falta de unidades en los distribuidores, Bosch se ha comprometido más a poner fin a esta situación con una inversión.
Para dar fin a este problema que ha ocasionado dejar de producir 13 millones de vehículos en los últimos 18 meses, el proveedor más grande del mundo de la industria de automovilística planea invertir más de 3,000 millones de dólares para expandir su negocio de semiconductores para 2026.
Por medio de esta inversión, Bosch ayudará a abrir nuevos centros de prueba, instalaciones de investigación y una nueva capacidad de producción de chips en Alemania.
Aunque suena un gran alivio para la industria, lo complejo es que la inversión solo comenzará a dar sus frutos hacia 2030.
Además de proveer a los fabricantes de autos, esta masiva producción de chips permitirá satisfacer la propia demanda de Bosch, ya que aparte del negocio de autopartes, produce una amplia gama de productos electrónicos, desde cafeteras hasta sistemas de seguridad para el hogar y electrodomésticos industriales.
Por esta razón, Bosch necesita todos los chips posibles, pues cada vez más productos requerirán componentes electrónicos sofisticados en el futuro.