Una de las mayores leyendas del mundo de lo autos y del cine, gira alrededor de James Dean y su Porsche 550 Spyder, un auto, que ha causado toda serie de leyendas urbanas. Siendo la más conocida aquella que afirma que “Little Bastard’ es un automóvil maldito.
¿Qué sucede?
De nuevo Bring a Trailer nos sorprende al poner a la venta la transmisión y parte del eje trasero del Porsche 550 Spyder en el que murió James Dean y cuyo paradero sigue siendo un misterio al día de hoy. Por ello, el sólo hecho que aparezcan estos restos mecánicos, despierta el interés de los aficionados al actor, a la marca, y por su puesto a los cazadores de tesoros.
Estas piezas de colección son puestas a la venta por el especialista en Porsche clásicos, Swift Motoring. No está de más mencionar que estas piezas estuvieron ocultas durante décadas y es la primera vez que salen a la luz pública junto con documentos que acreditan su autenticidad.
La transmisión y el eje trasero cuenta con el número 10 046, lo cual significa que coinciden con el número de bastidor y motor del legendario Porsche 550 Spyder que fuera propiedad de James Dean, y que se hiciera tristemente célebre al ser el auto con el que el actor tuvo el fatídico accidente el 30 de septiembre de 1955.
La trasmisión es una manual de cuatro velocidades y pese al accidente, luce en muy buena condición general. Está montada sobre un eje trasero con algunas piezas provenientes del sistema de frenado. Sin embargo, lo único que ha logrado ser autenticado por la propia Porsche es la caja.
Cabe mencionar que esta transmisión fue adquirida por su actual propietario a inicios de 2020. Sin embargo, la historia que hay detrás es casi desconocida. De hecho, sólo se sabe que, tras el accidente, la aseguradora vendió los restos del Porsche 550 Spyder a William Eschrich y Troy McHenry en 1955, siendo este último, el primero que adquirió la caja de velocidades.
La oferta actual por estas piezas es en torno de los 100,000 dólares (casi dos millones de pesos mexicanos). Un precio estratosférico, pero que podría justificarse por toda la mística que hay alrededor del auto de James Dean.
