Soy fan de los autos eléctricos, aunque muchos de mis seguidores juren que es el contrario. Los eléctricos aceleran más rápido que los de combustión interna, debido al torque inmediato de sus motores. Son más silenciosos y no vibran como los de gasolina, por lo que incluso un auto “barato” se siente más refinado. Por el peso de sus baterías en el piso, tienen el centro de gravedad más bajo y por lo tanto son más estables.
Pero, mi tendencia a ser realista me ha hecho pensar que estamos aún muy lejos de que los autos eléctricos pronto dejen de ser el juguete de ricos que son hoy para transformarse en mayoría en el mercado. Hasta ahora.
Porque finalmente aparece una evolución en las baterías que permite resolver los tres principales obstáculos para que adquieran popularidad: la autonomía, la velocidad de carga y el precio. Esa solución que se vislumbra se llama batería en estado sólido.
Las baterías que usamos hoy, tanto en los celulares como en los autos, son de iones de litio, que básicamente están formadas de ánodos, cátodos y electrolitos. El viaje de los iones cargados entre ánodos y cátodos se hace en un electrólito líquido. Su carga y descarga produce calor y un desgaste a largo plazo mayor. La evolución de esas baterías substituye el electrolito líquido por uno sólido, lo que disminuye el tamaño de la batería, aumenta el almacenamiento, mejora la autonomía e incrementa dramáticamente el tiempo de carga. Lo mejor de todo: son más baratas.
Ya hay varias marcas, parte o no de la industria automotriz, trabajando en baterías de estado sólido. Pero es Toyota, el mayor vendedor de vehículos híbridos de la historia (y que acab de rebasar a VW como el mayor productor y vendedor de autos del mundo), que había dicho que no haría un auto eléctrico hasta que pudiera superar sus deficiencias tecnológicas, la empresa que anuncia ya haber superado esos problemas y se declara lista para lanzar, tan pronto como en 2022, el primer auto con batería de estado sólido, con autonomía de 500 kilómetros y carga total en 10 minutos.
México y el mundo
La adopción de una nueva tecnología depende mucho de qué es capaz de ofrecer la nueva propuesta y su costo. Los celulares pasaron a ser populares cuando su costo pasó a ser accesible a gran parte de la población. Pero sólo ganaron real fuerza cuando tuvieron un teclado integrado, conexión a internet y memoria suficiente para poner nuestra música en él. Entonces empezaron a morir los discos compactos, por ejemplo.
El auto eléctrico más barato del mercado hoy en día en México es el JAC E-Sei 1. Me refiero a autos, digamos, completos, con espacio para cuatro pasajeros, cajuela, distribuidores en forma, garantía, etcétera. Ese auto cuesta 500 mil pesos (499 mil, para ser exacto). Es un subcompacto, con solo 2 bolsas de aire y cuyo asiento trasero parece haber sido diseñado por Volaris, tan pequeño es el espacio.
Para cargarlo en tu casa, con un enchufe de 110 voltios, necesitará cerca de 24 horas. Su autonomía oficial es de 350 kilómetros, en la práctica probablemente sea algo menor que eso. Y por 515 mil pesos puedes comprar una Jac Sei 7 Smart, con 3 filas de asientos, motor turbo de 190 HP y mucho más equipamiento. Ah, llenas el tanque en 5 minutos y puedes recorrer con eso alrededor de 500 kilómetros. ¿Está por acabarse la gasolina? Basta con pasar a una gasolinera por 5 minutos y de nuevo puedes recorrer otros 500 kilómetros. Así hemos vivido los últimos 100 años, incluso un poco más
Aún no tiene sentido, pero pronto tendrá
Hoy, tener un auto eléctrico aún no tiene sentido para la mayoría. Tanto que el año pasado en México se vendieron solo 57 autos que se mueven solo con electricidad. 36 de ellos entre la Ciudad y el Estado de México. Los más prácticos, híbridos enchufables lograron solo 91 nuevos clientes. Los híbridos “normales” solo pudieron vender 1,924 unidades, más de la mitad de ellas en la zona de la capital de la República, donde hay el fuerte incentivo de circular todos los días y no pagar tenencia, siendo esto último algo que muchos estados ya ofrecen. En otras palabras, solo 0.006% de os autos vendidos en México en 2020 tenía por lo menos un motor eléctrico.
Ahora, si Toyota y otras marcas comienzan a usar pronto la batería de estado sólido, con sus enormes ventajas no solo sobre los eléctricos actuales pero también sobre los autos de combustión interna, la velocidad de adopción de esa tecnología será mucho, mucho mayor de lo que yo pensaba. Y saben qué, me va a encantar. No porque se resuelva el problema de la contaminación del aire, ya que globalmente los autos de combustión, incluyendo camiones y autobuses, solo son responsables por 15.9% de la polución, mientras la generación de energía eléctrica, hoy responsable por 43.9% de la contaminación (según el World Resources Institute, Climate Analysis Indicators Tool), aumentará considerablemente si todos los autos pasaren a usar electricidad. Pero será genial tener una ciudad libre del ruido de los autos, nuestro nivel de estrés será definitivamente mucho menor. Y por primera vez, gracias a las promesas de la batería de estado sólido, tengo esperanzas de estar vivo para verlo. Claro, si el Covid-19 no dice otra cosa.