Mientras que, con los vehículos de combustión, el manejo en carretera es más eficiente que el urbano, esto en términos de consumo de combustible; con los autos eléctricos e híbridos es al contrario, ya que al conducir en ciudad se obtiene un mayor rendimiento de la batería.
Lo anterior se debe a que los vehículos eléctricos e híbridos aprovechan la energía de cada desaceleración o frenada para convertirla en electricidad, misma que es enviada para recargar la batería, y así aumentar o mantener la autonomía.
Esto se logra gracias al sistema de recuperación de energía de frenado, que en términos técnicos convierte la energía cinética en energía eléctrica.
Luego, la próxima vez que el automóvil acelera, usa gran parte de la energía previamente almacenada del frenado regenerativo en lugar de aprovechar sus propias reservas de energía.
Cuándo se activa el frenado regenerativo
En este caso, la recuperación de energía de frenado se activa cuando los conductores quitan el pie del pedal del acelerador desde el principio, permite una conducción relajada y predictiva. Si los conductores quieren desacelerar más, pisan el pedal del freno.
Además del sistema regenerativo, todos los vehículos electrificados tienen sistemas de frenado convencionales al igual que los vehículos normales. Estos utilizan discos de metal, llamados rotores, que se encuentran detrás de las ruedas y que giran con ellas.
Cuando presiona el pedal del freno, la presión del líquido hidráulico aprieta las pastillas de freno metálicas con fuerza contra los rotores y la fricción resultante ralentiza el automóvil.
Durante la mayoría de las maniobras de frenado diarias, el motor de accionamiento eléctrico realiza el frenado solo, mientras que el servofreno eléctrico activa los frenos de las ruedas en situaciones que exigen más deceleración.
Algo a destacar es que la transición del frenado basado en el generador al frenado hidráulico pasa casi desapercibida, gracias al control rápido y preciso del sistema de frenos y transmisión.
Estos sistemas también garantizan que las ruedas traseras, donde se produce la recuperación de la energía de frenado, siempre tengan suficiente agarre.
Esta es la razón por la que los híbridos convencionales no necesitan enchufarse: utilizan el frenado regenerativo para recargar sus baterías mientras se conducen.
Con un vehículo electrificado, el motor eléctrico acciona las ruedas, ya sea en conjunto con el motor de gasolina como en un híbrido, o solo en un vehículo eléctrico de batería. A medida que avanza, el motor funciona en esa dirección, suministrando energía eléctrica a las ruedas.
Conducción con un pedal
Ahora bien, la cantidad de energía que se captura puede depender de cómo esté configurado el sistema. En la mayoría de los autos, el conductor puede decidir cuánto frenado regenerativo utilizar, generalmente moviendo la palanca de cambio de velocidades mientras reduce la velocidad.
Cuando se selecciona un frenado más agresivo, el sistema capturará y almacenará más energía, pero el vehículo también reducirá la velocidad de manera más enérgica y, en algunos casos, puede detenerse por completo.
Esto provoca que no sea necesario presionar el pedal de freno, y solo se conduzca son el acelerador. Con la práctica, los conductores pueden atravesar el tráfico con un solo pedal, acelerar lo suficiente para avanzar según sea necesario y luego soltar el pedal y dejar que el frenado regenerativo se detenga.
Cuánta energía se ahorra
Queda claro que la cantidad de energía que capta un sistema de frenado regenerativo depende de varios factores, siendo el conductor uno de los más importantes. Se estima que la capacidad de un sistema para capturar energía puede oscilar entre el 16 y el 70 por ciento, y eso depende de cómo se conduce el vehículo.
Se tiene considerado que las tasas de retorno más altas se logran cuando los conductores reducen la velocidad con mucha anticipación, mientras que aquellos que se detienen y frenan bruscamente en el último momento ven la menor cantidad de eficiencia, especialmente porque dependen en gran medida de los frenos convencionales.
En pocas palabras
el frenado regenerativo aprovecha la energía que se genera al momento de frenar o desacelerar, para convertirla en electricidad, misma que es aprovechada por la batería. Al final es enviada de vuelta al motor eléctrico cuando sea necesario para impulsar las ruedas. Esta especie de reciclaje es sumamente importante en cuestión de autonomía.