Las crisis también son épocas de oportunidades y el coronavirus no es la excepción. A nivel mundial, hemos visto casos de negocios de distintas magnitudes y giros que se han tenido que reinventar por completo, incluida, por supuesto, la industria automotriz. Un buen caso, lo vimos con las plantas de autos, que tuvieron que dedicarse a la maquila de material médico.
Irónicamente, con la puesta en marcha de la Nueva Normalidad, los autos han sido fundamentales en la puesta en marcha de ingeniosos modelos de negocio. El mejor ejemplo lo tenemos en los autocinemas, que si bien, su concepto ya es bastante añejo, ha sido gracias a la crisis sanitaria que se perfilan a vivir un segundo aire.
Ahora, precisamente, con los autocines como inspiración, se presentan los Auto Circos, un modelo de negocio que ayudará a que está de por sí mermada industria, pueda volver a atraer espectadores a sus carpas.
Este concepto, originalmente se desarrolló en Brasil, Argentina y Estados Unidos, pero recientemente fue retomado en México por el circo Aurelio Atayde (Monterrey) y por el de los Hermanos Garner (Morelia).
Tal como en el autocinema, en vez de gradas, se cuenta con lugares de estacionamiento, donde se permite el acceso de un automóvil con hasta cinco pasajeros como máximo. Adentro, además de admirar el espectáculo de los artistas circenses (jamás hacen contacto), pueden disfrutar de palomitas hasta su auto.
Por cierto, en ambos circos, se toman medidas de seguridad como la desinfección de los autos antes de su ingreso, así como cajones separados. Al público se le pide ingresas con cubrebocas y está prohibido que los asistentes salgan de sus unidades.