Independientemente de la causa por la que un automóvil haya estado estacionado por varios días seguidos, es importante realizar una serie de tareas para que el funcionamiento sea el óptimo y no existan fallas.
Hablando específicamente de los frenos, el tiempo prolongado en el almacenamiento al aire libre puede aumentar la corrosión y los desechos que se acumulan en los componentes del sistrema de frenado. Esto puede provocar problemas de ruido y, en casos extremos, desgaste prematuro de los frenos.
En ocasiones, una corrosión más extensa puede causar vibraciones en el sistema de frenos debido a la variación del espesor del rotor del freno. Esto generalmente ocurre cuando el vehículo está estacionado por largos períodos de tiempo en condiciones húmedas.
Para que esto no suceda se recomienda conducir el vehículo por algunas cuadras cada dos semanas y aplicar los frenos varias veces. Esta práctica no solo elimina la posibilidad de que se acumule óxido en los rotores, sino que también puede ayudar a eliminar el ruido y el desgaste prematuro de los frenos.
Cuando los vehículos tienen problemas de frenos, los conductores pueden escuchar ruidos cuando se aplican los frenos, pero esto probablemente disminuirá con la conducción. Otros posibles signos de problemas se pueden notar presionar el pedal del freno, que los frenos no se sueltan o un arrastre momentáneo del freno.
Mientras conduce, hay que tener en poner atención con la sensación o el ruido. Si ambos continúan cuando no se aplica el pedal del freno o después de conducir pocos kilómetros, se debe acudir a un taller.