Aunque no lo parezca, el volante del automóvil ha tenido una grandiosa evolución desde que fue inventado en 1900. De hecho, la invención de esta parte de los vehículos llegó a revolucionar la industria debido a que antes de eso los automóviles eran encaminados por una manivela o una varilla de dirección.
Durante los años posteriores al nacimiento del automóvil cortesía de Carl Benz en 1886, los vehículos no equipaban un volante como tal debido a que se replicó el mecanismo de los carruajes tirados por caballos. Así que, las manivelas funcionaban de la misma manera que las riendas en las que se tiraba de ellas para dirigir a los equinos según la dirección que se deseará tomar.
Con el objetivo de hacer más fácil la orientación de los automóviles, en 1894, el ingeniero francés Alfred Vacheron inventó el volante, mismo que fue instalado por primera vez en un vehículo que participó en la primera carrera automovilística del mundo en la que había que cubrir la ruta entre las ciudades francesa de París y Ruán.
Gracias a eliminación de las manivelas para imponer un volante en su Panhard & Levassor, que era impulsado con un motor Daimler, el inventor logró que el vehículo tuviera un mejor control, porque el movimiento de dirección de las ruedas delanteras se podía distribuir en varias vueltas de la columna de dirección.
Obviamente, esto permitió una dirección más precisa y, por lo tanto, mayor control a velocidades más altas. A pesar que el auto que portaba esta invención quedó en 11ª posición, el volante llegó para quedarse.
En 1900, la compañía Daimler-Motoren-Gesellschaft también equipó su auto de carreras Phoenix con un volante solo que con algunas mejoras. En este caso, la columna de dirección estaba inclinada, lo que facilitaba su funcionamiento. Aun con esta solución, cada movimiento de dirección requería un gran esfuerzo. En los modelos Mercedes Simplex introducidos en 1902, había palancas adicionales en el volante para regular las funciones esenciales del motor, como la sincronización del encendido y la mezcla de aire/combustible.
Gracias a los avances de los motores, estas palancas para el ajuste manual se volvieron obsoletas. Sin embargo, existe una función adicional que desde los primeros días del automóvil se ha mantenido en el volante hasta hoy: el claxón.
Esta forma de comunicación auto a auto comenzó con una bocina de bombilla montada en el aro del volante, seguida del botón del claxon en el cubo del volante. Este aro para claxón en los radios del volante hizo su debut en la década de 1920 y se hizo presente hasta la década de 1970 cuando obtuvo un rediseño.
En 1949, el aro del claxon también asumió la función de activar las señales de giro que eran comunes hasta mediados de la década de 1950. Para girar, simplemente se giraba el aro hacia la izquierda o hacia la derecha. Luego, un brazo indicador de aproximadamente 20 centímetros de largo se desplegaba lateralmente fuera de la carrocería e indicaba el sentido del giro.
Dichos indicadores, que parecen raros desde la perspectiva actual, fueron reemplazados por luces intermitentes de color amarillo anaranjado que se activaban girando el aro a través de una unidad de control central.
Una evolución más del volante se originó en la década de 1950, cuando Mercedes-Benz introdujo una palanca de cambios en la columna de dirección en el 300 "Adenauer-Mercedes" (W 186) y en el 220 (W 187), lo que supuso una mayor comodidad para el conductor y el pasajero delantero. Esta solución permitió que en los asientos delanteros se transformaran en un banco continuo que podía acomodar hasta dos copilotos.
En la década de 1960, el volante y la columna de dirección obtuvieron un rediseño para reducir el riesgo de lesiones en caso de colisión. Al mismo tiempo, vio llegada de las palancas para encender las luces, intermitentes y accionamiento de los limpiaparabrisas.
Ya en los años de la década de 1970, el volante obtuvo una placa acolchada ancha con amortiguador de impactos y un rediseño para absorber las fuerzas y se transmitían de tal manera que el aro del volante no podía romperse. Asimismo, el aro del claxon desapareció, y los botones para la bocina se posicionaron de nuevo al centro del volante.
En ese mismo periodo de los 70, el volante vio la llegada de los botones del sistema de control de crucero y años después -1981- tuvo la incorporación de una bolsa de aire. Para 1998 otra revolución técnica se materializó con el volante multifunción que permitía operar algunas operaciones del automóvil (radio, teléfono y consola central).
Repitiendo la fórmula de la palanca de cambios en la columna de dirección, en 2005, Mercedes-Benz impuso de nuevo el selector de velocidades solo que de una manera más simplificada. A la postre de esto, tenemos volantes digitales con una enorme cantidad de funciones.
Así, en 120 años el volante ha pasado de ser el control de dirección a ser todo un mando de operaciones del automóvil.