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5 tips para prevenir un accidente si conduces bajo la lluvia o superficies mojadas

Conducir bajo un fuerte aguacero o sobre superficies mojadas demanda mayor concentración y atención por parte del conductor, para evitar accidentes.

5 tips para prevenir un accidente si conduces bajo la lluvia o superficies mojadas

Manejar bajo la lluvia es, probablemente, una de las situaciones más habituales y recurrentes para los conductores en esta estación del año e incluso en temporadas que no son de invierno; en ese sentido, hay que tomar medidas de precaución adicionales para evitar accidentes de tránsito, provocados por fenómenos como el acuaplaneo.

Este fenómeno, también denominado ‘hidroplaneo’, consiste en la pérdida gradual de contacto entre la llanta y la superficie de la carretera, provocada porque se interpone una delgada capa de agua entre ambos objetos. Ello genera, entre otras cosas, un aumento considerable de la distancia de frenado e, incluso, hasta la pérdida total de control y dirección del vehículo.

El aquaplaning se presenta con más frecuencia de lo que se supone; de hecho, estudios elaborados este año por la Secretaría de Tránsito y Transporte revelan que en temporadas de invierno los accidentes viales aumentan cerca de 24%, principalmente por la pérdida de control de los vehículos que suelen conducir a alta velocidad sobre calles mojadas y encharcadas. 

Considerando tal situación, la reconocida marca de llantas Hankook Tire compiló cinco útiles y prácticos consejos que todo conductor debe considerar para prevenir el aquaplaning:

Calibrar bien las llantas

Unas llantas bien infladas, además de permitir una conducción más eficiente, garantizan la seguridad de los ocupantes en cualquier condición de marcha. Por ejemplo, si la presión de las llantas es 30% inferior a la recomendada, en ese caso existe un riesgo alto de que el auto patine al transitar en superficies húmedas o mojadas.  

Las llantas nuevas, siempre atrás

Cuando se compran llantas nuevas, lo recomendable es montarlas en el eje posterior del auto, para que las “viejas” puedan ser reubicadas en la zona de adelante. Esto se debe a que las llantas nuevas, producto de su banda de rodamiento más profunda, ayudan a los conductores a tener un mayor control sobre las superficies mojadas, pues son más resistentes a los deslizamientos en agua. Una característica que se ve potenciada cuando son ubicadas en el eje trasero del auto.

Así mismo, es aconsejable rotar las llantas del coche cada 7,000 kilómetros para asegurarse de que duren lo máximo posible, pues estas tienden a desgastarse de forma desigual.

Nunca frenar

Lo primero que suele hacer un conductor al experimentar por primera vez el aquaplaning es frenar en seco. Eso, sin embargo, está lejos de ser la decisión más acertada, pues en ese escenario, pisar el freno con desespero puede hacer que las llantas se bloqueen al retomar el contacto con el pavimento, causando una pérdida de control mucho más abrupta sobre el vehículo.

Por lo tanto, una recomendación para esta clase de situaciones al rodar en una recta es soltar el pie del acelerador para que la velocidad vaya disminuyendo progresivamente, de tal forma que el conductor logre recuperar la plena maniobrabilidad del auto en el menor tiempo posible. Si el fenómeno se presenta al tomar una curva, se debe aplicar la misma estrategia, solo que se debe girar la dirección apenas lo justo para trazar la curva.

Usar llantas de calidad

En materia de llantas, lo barato puede salir muy caro. En este caso, la sugerencia es adquirir llantas de marcas confiables y con reconocimiento, pues estas cuentan con laboratorios que les permiten elaborar compuestos y labrados enfocados en ofrecer máximo agarre en cualquier condición, particularmente que faciliten la pronta evacuación de agua de los surcos al transitar sobre terrenos mojados.

Al respecto, la Fundación Mafre indica que las llantas de marcas muy económicas suelen ofrecer prestaciones más bajas y el aquaplaning puede presentarse antes que al transitar con neumáticos de marcas reconocidas; incluso cuando estas llantas genéricas sean más anchas y rígidas, ello no quiere decir que protejan más de la lluvia; por el contrario, esto dificulta la evacuación del agua.

Unas llantas nuevas suelen alcanzar el acuaplaning a velocidades de entre 75 y 80 km/h.

Moderar la velocidad

Por último, no está de más recordar que en épocas de lluvia, lo mejor es controlar el estrés habitual y manejar a velocidades moderadas, conduciendo de forma suave y tranquila, para evitar frenazos y cambios de dirección bruscos que pueden generar el aquaplaning’.

 

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