La historia es simple, Ford hace muchos años quiso comprar a Ferrari. Don Enzo se mostró muy interesado, pero a último momento declinó la oferta. Henry Ford II estalló de ira y creo al genial GT40.
Pero, ¿para qué quería un coloso como Ford comprar a una marca tan selecta como Ferrari? Y ¿Por qué Enzo declinó la oferta a último momento?
Ford y Ferrari: Dos caminos
Pocas veces podemos ver un acercamiento tan opuesto a la industria del auto como el de estos dos grandes. Ford será siempre reconocida por la producción en serie, un hecho histórico no solo para los autos, sino para toda la industria. Así, el grande de Detroit logró hacer accesibles los autos, masificando este medio de transporte.
Ford corría el domingo para vender autos el lunes
Ferrari tenía un enfoque opuesto, su objetivo era crear muy pocas unidades destinadas a las pistas y tuvo que producir modelos de calle para “sostener” su programa de competición. Obviamente hablamos de pocas unidades, muy sofisticadas y hechas artesanalmente con un precio súper exclusivo.
Echale la culpa a GM
En 1957 el AMA (sigas de Automobile Manufacturers of America) decide prohibir que los fabricantes de autos compitieran en automovilismo. Henry Ford II era el presidente de ese comité, así que retiró inmediatamente a su compañía de las carreras y vendió todo el equipamiento que tenía en stock.
Imaginate, la velocidad del cavallino con los recursos del óvalo
Las cosas fueron distintas en otras marcas, empezando por General Motors que empezó a apoyar a terceros detrás de bambalinas. Incluso se desarrolló en secreto un Corvette de competición que, obviamente, arrasó con todo en las pistas. Ford decidió que si ellos hacían trampa, iba a regresar a la competición, y luego de ver a los Ferrari ganar en Sebring decidió que comprar la operación sería el mejor camino. Imaginate, la velocidad del cavallino con los recursos del coloso gringo.
¿Por qué quería vender Ferrari?
Para esa época en Italia las cosas no estaban fluyendo correctamente. La mujer de Enzo, Laura Ferrari, comenzó a involucrarse cada vez más en la gestión de la fábrica, lo cuál causó molestias entre los empleados más encumbrados de Maranello.
Ferrari vendía autos en la semana, para correr el domingo.
¿Se va ella o nosotros? Teniendo en cuenta el temperamento del Commendatore, ella se quedó lo que generó un hueco grande en la fábrica.
Te vendo, no te vendo
Las charlas comenzaron entre los representantes del óvalo y del cavallino, la idea era crear dos compañías: Ferrari–Ford para la competición y una división Ford-Ferrari para producir autos de calle. Una vez que acordaron el precio, alrededor de USD15 millones, Henry II dio casi por cerrado el acuerdo, sin embargo…
acordaron el precio, alrededor de USD15 millones
Enzo quería ser el dueño y mandamás indiscutido de la división de competición, pero, en el contrato figuraba que Ford tenía poder de veto o de decisión sobre en qué categorías y con qué pilotos se correría. Recordemos, Enzo despidió a su primera plana porque no dio el brazo a torcer, y en este caso fue igual.
Desenlace
“Curiosamente”, Ferrari usó el mismo procedimiento con FIAT, con quién sí cerro el acuerdo preservando la identidad italiana de su marca. Ford enfurecido decidió que tenía que vencer a Ferrari y en su propio juego. La decisión le costó un desembolso sideral a los de Detroit y un par de años de frustraciones, pero pagó con 4 victorias consecutivas en Le Mans y con la creación del hermoso GT40. Ferrari no volvió a ganar nunca más en las 24 Horas más famosas del automovilismo.