¿Qué pensarías si tuvieras la posibilidad de comprar un super deportivo de esta talla, pero después de un par de meses de disfrutarlo, la marca te contactara para hacerle una revisión?
Debemos reconocer que ninguna marca es inmune a las posibles fallas que pudieran surgir por errores de fabricación, y tal es el caso de Bugatti, que tuvo que llamar a 47 Chirons (incluyendo los 12 que se encontraban en América del Norte) para verificar que los soportes de los asientos estuvieran debidamente soldados, cuestión que informó la marca a la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) cuya sede se encuentra en Estados Unidos.
Pero por supuesto que el Bugatti Chiron no es un auto ordinario, y no lo decimos por los 1,500 caballos de fuerza que tiene o su costo, que se acerca a los 3 millones de dólares, sino por el tipo de recall que hace de la firma algo fuera de serie y de las más exclusivas del mercado.
De primera instancia se hará llegar una carta firmada por la marca explicando el motivo de la revisión y posteriormente se recibirá la llamada personalizada de un técnico denominado “Flying Doctor”, el cual llegará al domicilio para inspeccionar cada detalle de los llamativos asientos Sparco, con el fin de detectar las posibles irregularidades que mermen la seguridad del vehículo.
Si el auto resultara dañado, se enviará un camión que lo transportará de inmediato al servicio de Bugatti más cercano, para cambiar todo el mecanismo deficiente y anclar de nuevo los asientos al piso, teniendo en cuenta que la marca debe hacerlo de la forma más ágil y así evitar las molestias causadas a los usuarios, al retirar su vehículo por tiempo indefinido.
Cabe mencionar que Bugatti, actualmente, se encuentra en competencia por la búsqueda del reconocimiento como el auto de más rápida producción, aunque primero deberán enfocarse en cumplir los estándares de calidad que aseveren la seguridad de sus clientes, previo a querer incursionar en temas de inmediatez.