Un grupo de estudiantes holandeses ha creado un vehículo que podría servir como un avance en la construcción de automóviles amigables con el medio ambiente.
Bautizado como “Lina” este vehículo eléctrico está construido con base a una resina de azúcar y la mezcla de hojas de lino holandés.
Los materiales de esta estructura tienen un peso similar al de una construida utilizando materiales como fibra de vidrio, pues tan sólo pesa 310 kilogramos.
El único componente no biodegradable es el paquete de baterías y el mecanismo de suspensión.
En aras de aprovechar este atípico desarrollo, los holandeses incorporaron un paquete de baterías de 30 kilos capaz de alcanzar 80 kilómetros por hora como velocidad máxima, lo cual le brinda una relación peso-potencia mucho mejor que la de un BMW i3.
No obstante, este prototipo se enfrenta a un severo problema pues no puede ser sometido a pruebas de impacto, ya que, por la naturaleza de su construcción, la carrocería de este auto es muy proclive a destruirse y no doblarse como lo haría una lámina de metal.
El prototipo Lina será evaluado por el órgano regulatorio de dicho país (Netherlands Vehicle Authority) para realizar pruebas y saber si este desarrollo es beneficioso para futuros procesos de producción de la industria automotriz europea.
