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Prueba de Manejo

Cadillac CTS-V 2016 a prueba

Un destructor de llantas y un súper sedán a la americana

Cadillac CTS-V 2016 a prueba

Antecedentes

El Cadillac CTS-V 2016 es el vehículo con el que la firma norteamericana levanta la mano en la categoría de los súper sedanes, tradicionalmente dominada por los alemanes.

Los V-Series son la respuesta de Cadillac a los modelos M, AMG y RS de las firmas BMW, Mercedes y Audi respectivamente, es decir se trata deportivos muy serios ocultos tras carrocerías de vehículos familiares. Y aunque es cierto que los V-Series no tienen la misma tradición de décadas como respaldo, sí podemos asegurar que sus exponentes han ido mejorando a pasos agigantados de manera consistente hasta llegar al vehículo que hoy nos ocupa. Que dicho sea de paso es el Cadillac más potente de la historia.

Visualmente lo que más destaca es el agresivo frontal que se caracteriza por el cofre con salidas de aire fabricado en fibra de carbono, menor altura y un escape con dos salidas gemelas.

La pregunta obligada entonces: ¿Es el Cadillac CTS-V 2016 un ejemplar capaz de competir frontalmente modelos como el BMW M5 o Audi RS7 o Mercedes-AMG E63?

Bueno, por lo menos en precio sí que lo es, ya que la firma pide unos escandalosos $1,986,000 pesos por él.

Características técnicas y mecánicas

Bajo el cofre encontramos un poderoso 8 cilindros super cargado de 6.2 litros que entrega la brutal cifra de 640 hp y 630 lb-pie de torque al eje trasero vía una transmisión automática de 8 velocidades, cuenta también con diferencial de derrape limitado para gestionar adecuadamente tanta fuerza.

Cadillac dotó al CTS-V de absolutamente los mejores fierros disponibles en General Motors, encontramos una suspensión magnética adaptativa en tiempo real que lo mismo puede ser suave y confortable o bien, muy rígida y efectiva para manejo en pista.

El sistema de frenos fue tomado del Camaro Z28

El sistema de frenos firmado por Brembo de seis pistones adelante y cuatro atrás con discos de 15.4” y 14.4” atrás proviene del Camaro Z28, un super muscle car desarrollado exprofeso para uso en circuito y es en verdad efectivo, además parece incansable.

En materia de seguridad incorpora de todo, por lo tanto me voy a saltar elementos obligados como el ESP o las 10 Bolsas de Aire, para concentrarme en otros sistemas interesantes como el de Alerta de Cambio de Carril que corrige la trayectoria en caso de ser necesario y además lo hace con tal firmeza que puede llegar a espantar un poco, si somos de esos que acostumbramos a NO utilizar las direccionales.

Cuenta también con sensor de punto ciego, cámara de visión trasera, alerta de tráfico cruzado y alerta de colisión también capaz de frenar por cuenta propia si fuera necesario.

Confort

El interior es impresionante, la calidad de materiales y ensamble así como la atención en los detalles se nota en todo lo que vemos y tocamos. Las superficies forradas en cuero, alcántara, insertos metálicos y acabados de fibra de carbono le confieren no solo un look deportivo, sino también suntuoso.

El cluster de instrumentos ya no cuenta con relojes analógicos, en su lugar tenemos una inmensa pantalla a color de alta resolución y 12.3” que es configurable y en donde se despliega información relativa a la computadora de viaje, sistema de audio, teléfono, navegador o datos de performance cuando conducimos en modo deportivo.

El interior es impresionante, la atención en los detalles se nota en todo lo que vemos y tocamos

Al centro del tablero se encuentra la pantalla táctil de 8” con sistema de info-entretenimiento CUE desde donde podemos manipular y configurar los distintos elementos como Navegador, interfaz del teléfono móvil, audio que por cierto es de 10 bocinas y está firmado por Bose.

Al ser el buque insignia de la marca no deja ningún elemento de conveniencia de lado, tenemos acceso y arranque mediante llave inteligente, asientos con calefacción y enfriamiento, volante multifunción con calefacción, Head Up Display, cargador por inducción para teléfonos celulares, climatizador automático de tres zonas y un larguísimo etc.

Manejo

Bien podríamos definir al CTS-V como un Corvette Z06 de cuatro puertas, el ocho cilindros LT4 es virtualmente el mismo que podemos encontrar bajo el cofre del Z06, con la diferencia de que aquí entrega 10 hp y 20 libras de torque menos. Asimismo, hay algunos cambios menores en los sistemas de lubricación y enfriamiento debido a que al no tener un vano del motor tan bajo como el del Corvette, las cosas son menos complicadas. Adicionalmente, había que mantener las jerarquías, por lo que el Z06 que es un mata Ferraris y el deportivo más encumbrado en la gama de GM, no podía quedar por debajo del CTS-V en términos de poder.

Pesa 79 kg menos que un M6 y 161 kg menos que el RS7

Aun así, 640 hp y 630 lb de torque siguen siendo cifras realmente bestiales, considerando que pesa 1,880 kg, es decir 79 kg menos que el M5 y 161 kg menos que el RS7. Debido a lo anterior, Cadillac anuncia tiempos de aceleración por debajo 4.0 segundos (3.7 para ser exactos) para el 0 – 100 km/h y una velocidad punta de 321 km/h, ¿por qué ese número? Bueno porque convertido a millas por hora nos da la tan ansiada cifra de 200 mph.

El Cadillac CTS-V ofrece cuatro modos de manejo, en el default que se denomina Turismo entrega una marcha muy cómoda, bastante más de lo que hubiera creído luego de ver lo cerca que está del suelo (pega en todos lados) y las llantas con perfil tan bajo. En este modo se puede manejar relajado gracias a la excelente insonorización y disfrutando de todas las amenidades abordo.

Transmite en todo momento una sensación de nerviosismo y bestialidad

Cuando pasamos al modo Sport, se activa una banderita en el cluster de instrumentos y el tacómetro pasa a un fondo color blanco. Aquí las cosas cambian por completo, el CTS-V se vuelve endemoniadamente rápido. Transmite en todo momento una sensación de nerviosismo y bestialidad que francamente me encanta pero que también hay que temer, ya que con tanta potencia el motor fácilmente derrota a las niñeras electrónicas y se puede perder el control con sorprendente facilidad.

Otro de los modos de conducción, es el denominado Track, todavía más radical y que adivinaste, está orientado a la pista, en este caso podemos emplear el Performance Data Recorder que apoyado en la cámara frontal puede grabar las vueltas en el circuito y entregar toda la telemetría generada.

Por su parte, el chasis está impecablemente bien logrado, transmite mucha confianza y se planta con total seguridad, y no podría ser de otra manera conociendo las inmensas capacidades del motor.

Conclusión

El CTS-V recurre a un planteamiento de tracción posterior al igual que el M5, a diferencia del Audi RS7 o el E63 de Mercedes que optan por tracción total para controlar mejor las inmensas cantidades de potencia que ofrecen, esta condición es fundamental para definir ese carácter nervioso e indomable del Cadillac y que guarda similitud con los deportivos americanos más icónicos.

Tiene personalidad propia, no es una copia de los alemanes

Contestando a la pregunta que nos hicimos al inicio de esta prueba, la respuesta absolutamente afirmativa.

El Cadillac CTS-V es un destructor de llantas, en definitiva una maravilla de la ingeniería y un triunfo para Cadillac, que le permite colocarse al mismo nivel que lo más selecto de los sedanes alemanes de altos vuelos, sin absolutamente nada de qué avergonzarse. Y lo hace además o como debe de ser, con argumentos que lo diferencian de sus competidores y le dan una personalidad auténtica. Dicho de otra manera, no se trata de una copia de los teutones, sino la interpretación americana de un súper sedán.

 

Cadillac CTS-V 2016, un destructor de llantas

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