
En la historia del automóvil existen modelos que definitivamente se anticiparon a su época o vaticinaron un futuro que nunca se concretó, uno de ellos es el Cadillac Cyclone -Ciclón en español- un prototipo del año 1959 que más se acercaba al diseño de un avión que de un automóvil propiamente. Puertas deslizables y un frontal en punta que se asemejaba a misiles listos para ser disparados, daban cabida a un avanzado sistema de radares. En efecto, estrenó un sistema de prevención de colisiones que proporciona al conductor información sobre un objeto por delante, incluyendo la distancia al objeto y la distancia de frenado.